El PT se juega liderazgo político en pleno año electoral
El año 2016 será tan duro como 2015 para Brasil en lo económico y lo político, pero puede ofrecer una salida para el estancamiento que generan las finanzas públicas, a la espera de inversores y la resolución de un juicio político abierto por la oposición contra la presidenta Dilma Rousseff.
En este marco, el país tendrá la oportunidad de mejorar su imagen internacional con los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, el mayor evento de la Tierra que por primera vez se realiza en América del Sur.
La crisis política que erosionó la popularidad del gobierno, incluido el escándalo de corrupción en la empresa estatal petrolera Petrobras, deberá, según los pronósticos, poner en riesgo el dominio del Partido de los Trabajadores en la principal ciudad del país, Sao Paulo, en las elecciones municipales de octubre.
Pero sin duda, la falta de certezas se erradicará luego de que el Congreso trate el pedido de juicio político presentado por el opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) y autorizado por su socio, el titular de la Cámara baja, Eduardo Cunha, declarado enemigo de la mandataria y acusado de múltiples delitos de corrupción.
“Vamos a enterrar el juicio político”, dijo el jefe de gabinete, Jacques Wagner. Él confía que en febrero y marzo el proceso llegue a su fin con 250 votos contra la intentona destituyente, de los 171 que necesita la mandataria en la Cámara de los Diputados. Es que al mismo tiempo, en febrero y marzo, el Superior Tribunal Federal deberá resolver un pedido del procurador general, Rodrigo Janot, para destituir de su mandato y de sus fueros a Eduardo Cunha, acusado de cobrar millones de dólares de sobornos por un contrato que una empresa hizo con asociadas a Petrobras.
En ese marco, el opositor PSDB del expresidente Fernando Henrique Cardoso -generalmente protegido en cuestiones de corrupción y gestión por los principales medios- quedó involucrado en algunos casos. Uno de ellos fue cuando un delincuente arrepentido que pagaba sobornos de empresas constructoras a políticos denunció al presidente de esa fuerza.
Aécio Neves, candidato presidencial derrotado por Rousseff en 2014 y senador presidente del PSDB, fue acusado de haber recibido en 2013 al menos $ 150.000, hecho que el político ha rechazado. Por este caso están detenidos exdirigentes del PT, como José Dirceu y el extesorero del partido Joao Vaccari Neto a manos del juez Sergio Moro, considerado el personaje de 2015 por los medios opositores, como la cadena Globo y Veja.
Al mismo tiempo, la mandataria se juega parte de su capital político no en el Congreso, sino frente al ala más a la izquierda de este gobierno de coalición, con el nuevo ministro de Economía, Nelson Barbosa, quien reemplazó a Joaquim Levy, de credo liberal que fracasó en llevar adelante la recuperación económica con ajuste de cuentas públicas. La primera señal fue dada con Dilma decretando el aumento del 18% en el salario mínimo y evitando recortes en el plan Bolsa Familia, que otorga cobertura social a más de 35 millones de personas.
El PIB de 2015 será el peor en 25 años, con una caída mayor a 3%. El real se devaluó un 98% el año pasado. Gran parte de la caída se debe a la recaudación fiscal, que cayó de la mano del derrumbe de los precios de las materias primas y de la crisis global. Se espera una inflación de 2 dígitos, contra la meta que es de 6,5%.
En el gobierno estima que el 2,7% de la caída del PIB se debe al freno de inversiones causado por la investigación contra Petrobras, en la que están detenidos una decena de presidentes de las más grandes constructoras de Latinoamérica, como Odebrecht, Andrade Gutiérrez y Camargo Correa. En la otra punta de las cuentas se encuentra la bonanza de las cuentas externas y reservas internacionales, debido a la mayor competitividad exportadora causada por la devaluación.
Si la presidenta evita el juicio político -motivado por movimiento de cuentas públicas para cumplir obligaciones sociales que habrían herido la ley de responsabilidad fiscal- será una bocanada de aire fresco para retomar su gobierno y levantar banderas que puedan llevar a una mejor percepción del gobierno, sobre todo en un año de elecciones municipales y Juegos Olímpicos.
Este lunes, el primero de 2016, el Banco Central divulgó que el mercado financiero esperaba una caída del PIB de 2,6%. Por otra parte, el mercado financiero divulgaba análisis que incluían al vicepresidente Michel Temer como jefe de Estado, en caso de que Rousseff sea destituida.
“Incluso cuestionada injustamente con un pedido de juicio político, no alimento resentimientos, ni rencores. El gobierno hará de 2016 un año de diálogo con los que deseen construir una realidad mejor”, escribió Rousseff en su mensaje de año nuevo. (I)
Datos
De acuerdo con el primer sondeo realizado en 2016 por el Banco Central entre economistas, el Producto Interior Bruto (PIB) de la mayor economía latinoamericana se contraerá este año un 2,95% y la inflación llegará a 6,87%.
La meta de inflación del país acumulada fue de 4,5% en 2015, con un margen de tolerancia de dos puntos porcentuales, por lo que, según los economistas, este índice cerró con un 6,5%.
Brasil concluyó 2014 con el 6,41% de inflación, por encima de la de 2013 (5,91%) pero por debajo del techo del Gobierno.
De confirmarse las proyecciones, además de sufrir la mayor caída desde 1990, cuando la economía se contrajo un 4,35%, el PIB de Brasil encadenará dos años consecutivos de crecimiento negativo por primera vez desde 1948.