Los planes independentistas del presidente catalán Artur Mas provocaron una grave crisis en el seno de su coalición nacionalista conservadora CiU, unida desde 1978, cuya ala más moderada anunció este miércoles su marcha del gobierno regional.

"Hemos acordado dar un paso atrás y salir del gobierno de la Generalitat" de Cataluña, anunció en una rueda de prensa Ramón Espadaler, secretario general de Unión Democrática de Cataluña (UDC), un partido democristiano federado desde 1978 con la Convergencia Democrática de Cataluña (CDC) del presidente regional.

Espadaler, responsable de Interior del gobierno catalán, será uno de los miembros en abandonar el ejecutivo, junto a la vicepresidenta Joana Ortega y el responsable de Agricultura Josep Maria Pelegrí.

El motivo de esta salida son las discrepancias con el plan ideado por Mas y el partido de izquierda independentista ERC, segunda fuerza regional si ganan las elecciones del 27 de septiembre, para declarar en 18 meses la independencia de esta potente región nororiental de España.

El pasado domingo, UDC, tradicionalmente más moderada en los postulados nacionalistas, aprobó en una votación interna un plan alternativo en que sometían esta secesión al diálogo con Madrid, cerrado a negociar este asunto, y al respeto de la legalidad vigente, que impide la separación de una región.

Desde el partido de Mas se advirtió que este posicionamiento podía romper la coalición e instó a sus aliados a pronunciarse claramente sobre si se unían o no al proyecto del presidente.

"Esta decisión no es la ruptura de la federación sino ser coherentes con lo que votó nuestra militancia", señaló Espadaler, aunque reconoció que la situación "es grave".

Tras meses de tensión dentro la coalición, formación mayoritaria en esta región desde 1980, este inicio de ruptura llega a tres meses de unas elecciones cruciales para la región y el partido, muy desgastado tras cuatro años de gobierno marcados por la crisis, escándalos de corrupción y conflictos con Madrid por las aspiraciones independentistas.

Ambos partidos se han presentado siempre juntos a las elecciones por lo que es difícil pronosticar cuántos votos podría perder el presidente Artur Mas por la ruptura de los moderados, el sector minoritario de la coalición. (I)