El Papa Francisco arremete contra la pena de muerte
El papa Francisco arremetió este jueves contra las "ejecuciones extrajudiciales cometidas por algunos Estados" y llamó a los católicos a luchar contra "todas las formas" de pena de muerte, "tanto legales como ilegales" que se aplican en el mundo.
"Todos los cristianos y hombres de buena voluntad son llamados a luchar no sólo por la abolición de la pena de muerte, tanto legal como ilegal, en todas sus formas, sino también para que mejoren las condiciones carcelarias y se respete la dignidad humana de la persona que perdió su libertad", afirmó el papa al recibir en el Vaticano a una delegación de la Asociación Internacional de Derecho Penal.
Con un discurso fuerte y convincente, el papa argentino aclaró que para los católicos "la condena a cadena perpetua es también una forma escondida de pena de muerte".
El jefe de la iglesia católica acusó a numerosos Estados y a sus agentes, sin mencionarlos específicamente, de autorizar "ejecuciones extrajudiciales o extralegales, homicidios deliberados", dijo.
"Con frecuencia son presentados como enfrentamientos entre delincuentes o consecuencia del uso necesario, razonable y proporcional de la fuerza para aplicar la ley", lamentó.
El papa argentino criticó lo que llamó "populismo penal" y deploró los "chivos expiatorios" creados por la política o los medios de comunicación.
Francisco analizó por puntos ante los juristas las razones de "un sistema penal fuera de control", dijo.
"Se ha debilitado el debate sobre la sustitución del cárcel con otras sanciones penales alternativas", lamentó.
El papa también condenó los abusos que se cometen con la detención preventiva, "cuando en forma abusiva se busca un anticipo de la pena, previa a la condena, o como medida que se aplica frente a la sospecha más o menos fundada de un delito cometido", dijo.
Para el pontífice ello constituye "otra forma contemporánea de pena ilícita y oculta, más allá de la pátina de legalidad", agregó.
"La situación es particularmente grave en algunos países y regiones del mundo, donde el número de detenidos sin condena supera el 50% del total", denunció.
Francisco criticó también "la tortura" y las "penas crueles e inhumanas" que muchos Estados consienten con base a "la seguridad nacional" e instó a toda nación a "abstenerse de castigar penalmente a los niños y a los ancianos"
En su discurso, Francisco condenó la "trata de personas", un delito que dijo se puede cometer si se cuenta con la complicidad, sea por omisión o por colaboración, de los Estados.
A los expertos en asuntos penales de todo el mundo, el papa recordó la "escandalosa concentración de la riqueza" en el mundo y el rol del corrupto como cómplice de ese sistema.
"El corrupto no se da cuenta de que es corrupto. Le ocurre lo mismo que al que tiene mal aliento. Difícilmente se da cuenta, son los demás que se lo deben decir. Por ello difícilmente sale de esa condición", explicó.