El Papa afirma que la Iglesia “está hecha de pecadores”
Ciudad del Vaticano.- La Iglesia es santa, pero está “hecha de pecadores”, afirmó ayer el papa Francisco en la audiencia general de los miércoles frente a más de 45.000 personas. El Pontífice hizo estas declaraciones después de las críticas que realizó el martes a la Curia en una entrevista a un diario y mientras se desarrolla la reunión del Consejo de Cardenales, “el G8”, que se reúne por primera vez en el Vaticano.
“¿Cómo puede ser santa una Iglesia hecha de pecadores, de hombres pecadores, sacerdotes pecadores, hermanas pecadoras, cardenales pecadores, papas pecadores? Todo es así”, agregó. “¿Alguno de ustedes está aquí sin sus pecados? ¿Alguien entre nosotros lo está”, subrayó el Papa interpelando a los fieles en la Plaza de San Pedro del Vaticano. “No -respondió-, todos llevamos nuestros pecados, pero el Señor quiere sentir que le decimos ‘ayúdame, transforma mi corazón’, y el Señor puede transformar nuestro corazón, y no es un juez despiadado”.
“¿Cómo puede ser santa una Iglesia así?”, se preguntó Francisco y enseguida respondió que es santa porque “procede de Dios”.
Para Francisco, no es cierto que la Iglesia es solo de los puros: “Esto es una herejía, la Iglesia que es santa no rechaza a los pecadores”. “Cuando tienes fuerza de decir “quiero volver a casa” hallarás la puerta abierta, Dios te espera siempre, te besa, te abraza y te celebra, y así es el Señor”, dijo Francisco.
El Santo Padre explicó que la Iglesia “es santa porque procede de un Dios que es fiel y no la abandona en poder del mal”. “No es santa por nuestros méritos sino porque Dios la hace santa, es fruto de sus dones, no somos nosotros quienes la hacemos santa”, agregó.
Tras invitar a dejarse “contagiar por la santidad de Dios”, el Pontífice recordó que la santidad “no consiste sobre todo en hacer cosas extraordinarias, sino en dejar actuar a Dios, es la reunión de nuestra debilidad con su fuerza”.
Rechaza verticalidad
En un diálogo que ocupa las tres primeras páginas del diario romano La Repubblica y que fue publicado el martes, Francisco afirmó que “abrirse a la modernidad es un deber” para la institución que conduce, aseguró que “los más graves de los males que afligen al mundo son la desocupación de los jóvenes y la soledad en la cual son dejados los viejos” y advirtió que la Curia Romana, el gobierno central de la Iglesia, “es demasiado Vaticano–céntrica”. “La corte –sostuvo el Pontífice– es la lepra del papado”.
En el transcurso de la entrevista con el fundador del diario, Eugenio Scalfari, Francisco anunció que “este es el inicio de una Iglesia con una organización no solo vertical sino también horizontal”.
La reforma
En el segundo día de sesiones del G8, el Consejo de los ocho cardenales se reunió ayer en la Casa de Santa Marta, donde todos residen, informó el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, el padre Federico Lombardi, quien precisó que los religiosos reflexionan sobre el gobierno de la Iglesia y la reforma de la Curia.
En el primer día de reuniones los cardenales se ocuparon sobre todo del Sínodo de los Obispos, un instrumento instituido después del Concilio Vaticano II, pero que no siempre se ha revelado útil o eficaz.
Lombardi indicó que en la sesión, el martes en la tarde, intervino el nuevo secretario del Sínodo de los Obispos, el arzobispo Lorenzo Baldisseri, pues la celebración del sínodo es “una prioridad” por la importancia de la participación de los obispos en la vida de la Iglesia universal.
El portavoz del Vaticano añadió que la próxima semana la secretaría del sínodo indicará la información más precisa sobre el tema y las modalidades en las que se realizará, con algunos cambios en el reglamento. En cualquier caso, el Papa ya adelantó que será sobre “la pastoral familiar y matrimonial al orden del día de la actividad de la Iglesia en los próximos tiempos”.