El legado de la guerra de Irak sigue siendo una carga
Estados Unidos retira sus tropas de Irak con la esperanza de poder abocarse a otros desafíos, especialmente en Asia, pero sigue afectado por el pesado legado de esta guerra larga y costosa, por los atentados y por un conflicto que sigue en Afganistán.
Washington, que llegó a tener 170.000 efectivos en Irak en 2007, por una invasión que nació hace casi nueve años debido a la búsqueda de inexistentes armas de destrucción masiva y los vínculos nunca comprobados de Sadam Hussein con Al Qaeda, debe completar hasta hoy el retiro de sus 4.000 soldados.
El pasado 15 de diciembre las tropas de Estados Unidos cerraron su cuartel general en Irak y arriaron la bandera izada en el lugar, marcando simbólicamente el fin de su presencia.
Pero en Irak el escenario es otro. El fin de la guerra –que costó 770.000 millones de dólares, 4.474 soldados estadounidenses muertos y más de 100.000 iraquíes fallecidos, en su gran mayoría civiles– no despeja las dudas sobre su futuro.
Estados Unidos ya no tendrá que contar más a sus militares muertos, pero luego del conflicto, el debilitamiento de la economía en el país se mantiene, al igual que el sentimiento antiestadounidense, que la guerra ha extendido en toda la región, sin contar el aumento de la amenaza iraní.
Irak seguirá consumiendo considerables recursos de Estados Unidos. El embajador de Washington en Bagdad, James Jeffrey, estima que a pesar de la retirada de las tropas, Estados Unidos gastará 6.000 millones de dólares en 2012 en Irak, un país que aún tiene la mayor embajada estadounidense en el mundo y una misión de 16.000 personas.
“Es cierto que la retirada de Irak nos da más flexibilidad en casa y en el extranjero”, expresa Leslie Gelb, presidente emérito del centro de estudios sobre relaciones exteriores Council on Foreign Relations (CFR). “Esta es una gran ventaja, pero todavía tenemos una pesada carga: Afganistán. Uno podría pensar que la mitad del problema desaparece con la retirada de Irak, pero en realidad no funciona así”, señala.
El final del compromiso en Irak llevó a Estados Unidos a transferir sus esfuerzos no sólo a Afganistán sino también a sus vecinos, como el difícil e incierto aliado Pakistán, indica el especialista en Oriente Medio. “Las crisis constantes vinculadas con países en la región consumen mucha energía y tiempo”, opina. Washington va de crisis en crisis con Islamabad, la última causada por la muerte de 24 soldados paquistaníes por un ataque de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte).
La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, manifestó en noviembre que Estados Unidos estaba en un momento crucial, debido a la retirada de Irak y a la perspectiva del final de la guerra en Afganistán en 2014.
Clinton escribió en la revista Foreign Policy que durante la próxima década Estados Unidos destinará una inversión mucho mayor en la región Asia-Pacífico, tanto en el plano diplomático como económico, estratégico o de otro tipo.
Pero para Gelb, estas son hasta el momento sólo palabras. “Cuando se lucha una guerra a gran escala (en Afganistán), no se puede mirar a Asia. Otros puntos débiles han resultado de la guerra de Estados Unidos en Irak”, considera.
“Hemos destruido Irak como un contrapeso a Irán. Y eso es un gran factor negativo. En segundo lugar, nos hemos debilitado económicamente. No tuvimos un impuesto de guerra para pagar la guerra en Irak. No tenemos ningún impuesto para pagar la guerra en Afganistán. Y gran parte de la deuda del país proviene de estos dos conflictos”, afirma Gelb.
Según el experto, el hecho de haber liderado la batalla en dos países musulmanes tendrá un efecto duradero en el punto de vista islámico, lo que limita la capacidad de Washington para influir en la primavera árabe.
Michael OHanlon, analista del Instituto Brookings, señala que no está tan seguro de que Estados Unidos tenga más tiempo para ocuparse de otros asuntos urgentes, como el calentamiento global, las necesidades de energía o los retos estratégicos en Asia.
“Se puede decir que el legado de Irak continuará, ya que (esta guerra) es una de las razones por las que nos sentimos un poco pobres y abatidos como nación en estos días, y una de las razones por las que creo que por un tiempo nos enfocaremos más hacia adentro”, añade.
No obstante, OHanlon afirma que Estados Unidos sigue siendo una superpotencia con una fuerza militar impresionante y probada.