El presidente Juan Manuel santos afirmó que se avanza en los planes de desarme
El gobierno y las FARC acuerdan términos para cese al fuego
El Gobierno Nacional y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) anunciaron los protocolos que utilizarán para implementar el acuerdo sobre ‘Cese al fuego, de hostilidades bilateral y definitivo, así como dejación de las armas’, que fue anunciado el pasado 23 de junio.
Estos protocolos permitirán el despliegue del mecanismo de monitoreo y verificación en todo el territorio; la adaptación de los dispositivos de la fuerza pública en el terreno; la entrada en operación de las 23 zonas veredales transitorias de normalización (ZVTN); los 8 puntos transitorios de normalización (PTN) y los cronogramas de cese al fuego y dejación de armas.
Se destaca que, por ejemplo, el mecanismo de monitoreo y verificación tendrá presencia en las zonas veredales transitorias y puntos transitorios las 24 horas del día, esto con el fin de tener control del cese al fuego bilateral y la dejación de armas; para ello se definieron 36 compromisos sobre normas que garantizarían la no violación de los acuerdos. Este se encargará de enviar informes en caso de incidentes, que serán evaluados, finalmente, por la misión de las Naciones Unidas en Colombia. “Este es un paso concreto que desarrolla lo pactado el 23 de junio”, dijo Humberto de la Calle, jefe del equipo negociador del Gobierno Nacional.
Desde la Base Aérea de Apiay, en el departamento del Meta, donde se encontraba presidiendo un Consejo de Seguridad, el presidente Juan Manuel Santos dijo que “es una noticia importante porque ya sabemos qué va a suceder, que se van a desarmar, si no cómo es que van a entregar hasta su última pistola. Los procedimientos de traslado se desarrollan hacia las zonas veredales de transición, para que las FARC se desarmen”, sostuvo el mandatario.
Protocolos
El Jefe de Estado señaló que son 23 protocolos los que las Fuerzas Armadas han venido estudiando desde hace tres años. “Por eso quiero felicitar, general (Juan Pablo) Rodríguez y general (Jorge Hernando) Nieto, a nuestras fuerzas militares y a nuestra Policía, porque han hecho un trabajo impecable. Diseñaron el proceso, luego fueron y negociaron lo que hoy se hizo público”, agregó.
Santos también se refirió a las zonas de concentración que se ubicarán en el departamento del Meta. Expresó que a partir de la próxima semana habrá visitas de las delegaciones en dichas zonas.
“En el departamento del Meta son 4 municipios donde van a existir esas zonas: La Macarena, que tiene la vereda la Y, Vista Hermosa, Mapiripán, La Orqueta y Meseta Buenavista. A partir de esta semana van a ir a ver si es necesaria la vereda entera o un área más pequeña. Pero lo que hemos compartido con la gobernadora y con los gremios es la forma cómo se van a administrar esas zonas veredales para que se concentren las FARC”, concluyó.
El jefe negociador de la guerrilla en la mesa de diálogos, Iván Márquez, manifestó que este hecho significa una nueva y contundente señal de que el proceso de paz avanza hacia el acuerdo final, pese a los intentos de los opositores de hacerlo fracasar.
“La reconciliación exige de todos los involucrados en el conflicto, verdad y reconocimiento de responsabilidades para acceder a la justicia restaurativa, pero por lo visto hay algunos protagonistas que prefieren silenciar con el ruido de la guerra, la verdad sobre las causas y los responsables del conflicto”, dijo Márquez en una declaración pública.
La clave
El jefe guerrillero recalcó que cerrados los acuerdos, la clave estará en la implementación lo cual debe darse con la máxima participación de la ciudadanía, que debe ir más allá de la refrendación en el plebiscito. Asimismo, acotó que se requiere la seguridad jurídica y el desarrollo normativo para que dichos acuerdos “no queden como letra muerta o una vana ilusión, que desemboque en el desengaño, como ha ocurrido con otros compromisos y en otros procesos”.
Y, en este sentido, enfatizó que las FARC solo iniciarán su desplazamiento hacia las zonas de concentración y comenzarán el proceso de dejación de armas, una vez esté refrendado el acuerdo final, teniendo en cuenta que los protocolos firmados implican bilateralidad, es decir, comprometen a las dos partes: “Se debe tomar en cuenta, eso sí, que los pasos sustanciales en lo que respecta al desplazamiento de la insurgencia hacia las zonas y puntos veredales transitorios de normalización, y la dejación de armas, están supeditados a la puesta en vigor de las normas que garanticen la seguridad jurídica, social y política de la insurgencia. Deberá en consecuencia estar refrendado y en efectivo desarrollo el acuerdo final”. (I)
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La campaña mediática se intensifica
Las encuestas muestran que hay pesimismo
Según encuestas de varios medios de información de Colombia, la mayoría de ciudadanos se muestra pesimista frente al acuerdo de paz, en contraste con el entusiasmo que muestra el sector político y económico de ese país. A decir de la revista Semana, la más reciente encuesta de Ipsos para RCN Radio y Televisión, La F.m. y SEMANA evidencia que muchos colombianos están inmersos en el pesimismo.
Solo tres de cada diez personas tienen esperanzas en que los diálogos de paz lleguen a buen término, y siete de cada diez sienten que las cosas van por mal camino. Esta última cifra solamente fue superada en marzo de este año, cuando por cuenta de la crisis energética y el escándalo en la Policía por la Comunidad del Anillo, el desánimo llegó a ser del 77 por ciento.
El pesimismo generalizado, según los medios colombianos, que se destaca en esta última radiografía de la opinión, contrasta con las percepciones sobre el futuro que tenían los colombianos hace mes y medio, cuando se dio el acuerdo entre el gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC sobre un cese al fuego de hostilidades bilateral y definitivo.
En dicho momento el optimismo se disparó 20 puntos y llegó a un 43 por ciento, una de las cifras más altas desde la llegada de Santos al poder en su segundo mandato.
La campaña mediática contra el proceso también sitúa a Santos en su nivel más bajo de popularidad de su administración. (I)