El gobierno quiere recompensar a los españoles tras la austeridad
A menos de cinco meses para las elecciones legislativas, el gobierno de Madrid reiteró este martes que quiere devolver a los españoles el fruto de sus esfuerzos de austeridad en el proyecto de presupuestos de 2016, que dan los primeros pasos hacia el fin de los ajustes presupuestarios.
Tras años de recortes, el presupuesto para 2016 prevé alzas en prácticamente todos los sectores: educación (+9,3%), cultura (+7,6%), sanidad (3,6%), investigación y desarrollo (+2,2%), así como un aumento del 1% de los salarios de los funcionarios, congelados desde 2010, y un aumento del apoyo a las regiones.
"Son unos presupuestos que le están devolviendo a la sociedad el esfuerzo que realmente ha hecho", dijo este martes el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, al presentar el proyecto en el Congreso de los Diputados.
"Por descontado también a los funcionarios y empleados públicos que han hecho también a lo largo de esta crisis un ejercicio realmente de apuesta por el país en términos de cuidar y preservar los servicios públicos", añadió el ministro, que prevé que el próximo año el déficit público se sitúe en el 2,8%.
Gracias a unos ingresos fiscales récord, el Estado prevé subir el sueldo a los funcionarios, así como una nueva bajada de impuestos el próximo año "a medida que vayamos confirmando que tenemos escenario presupuestario".
También aumentarán un 3,8% los gastos sociales.
Estas medidas son posibles por el crecimiento del 3,3% previsto para este año en España y del 3% para el año próximo, lo que sitúa al país "en cabeza" de la zona euro, subrayó Montoro, que atribuyó este repunte de la economía a la política presupuestaria de su gobierno desde 2012.
"Lo que nos está sacando de la crisis ha sido la política de austeridad", aseguró.
Montoro aprovechó la ocasión para alertar sobre los riesgos de cuestionar el "rigor presupuestario" tras las elecciones generales previstas para finales de año, de cara a las cuales la oposición de izquierda hace campaña contra la austeridad.
También se refirió a Grecia, sin nombrarla, con una alusión al control de capitales aplicado recientemente por Atenas. "No están haciendo en casa las políticas económicas, presupuestarias, que estamos haciendo en España desde comienzo del 2012", dijo.
El estallido de la burbuja inmobiliaria en España en 2008 sumió al país en su peor crisis económica en décadas y llevó la tasa de desempleo a un nivel récord.
La crisis disparó el déficit público, que superaba el 9% del PIB en 2011, lo que llevó al gobierno conservador a anunciar un plan de ahorro de 150.000 millones de euros en tres años, tras su llegada al poder a finales de ese año.
Esta política de austeridad le ha costado cara al gobierno en términos de popularidad. (I)