Roma.- Durante la ceremonia de traspaso de poder, precedida por el papa Francisco, el exnuncio de Venezuela, Pietro Parolin -quien debía asumir la Secretaría de Estado vaticana- no  estuvo presente. El acto pone fin a la era del polémico Tarcisio Bertone.

A pesar de su ausencia el Pontífice dio la bienvenida a Parolin y a la vez agradeció al cardenal  Bertone “su actitud de incondicional fidelidad y de absoluta lealtad a Pedro” y ha destacado su “valentía” ante los contratiempos.

Sobre todo en los últimos años que fue vinculado al escándalo de las filtraciones de los documentos vaticanos (Vatileaks), en los que era acusado de mala gestión y de abuso de poder  o  del levantamiento de la excomunión al obispo negacionista del holocausto judío Richard Williamson.

No obstante Bertone, de 78 años, se defendió al asegurar que, aunque cometió errores, su labor puede considerarse positiva y que ha sido atacado por los “cuervos y víboras” que pueblan la Santa Sede.

Con la designación   se cumple la  tradición de que un papa no italiano nombre a un italiano en este cargoLa labor de Pietro Parolin que iniciará dentro de unas semanas debido a una cirugía menor a la que se  sometió, ha hecho que el papa Francisco cumpla con la tradición de sus predecesores Juan Pablo II y Benedicto XVI de que un papa no italiano nombra a un italiano como secretario de Estado.

El Papa argentino ha apostado por un diplomático con experiencia, pero que también conoce perfectamente cómo funciona la Curia Romana, pues de 2002 a 2009 fue subsecretario de la Sección para las Relaciones con los Estados de la Secretaría de Estado.

El Pontífice indicó  que Parolin “conoce muy bien a la familia de la Secretaría de Estado” porque ha trabajado allí muchos años “con pasión y competencia además de capacidad de diálogo y trato humano”. “En un cierto sentido es como un volver a casa”, destacó.

Parolin, quien tiene 58 años, desde 2009 se desempeñaba de nuncio -embajador de la Santa Sede- en Venezuela. Habla perfecto español, además de inglés y francés.

Es licenciado en Derecho Canónico, diplomático del Vaticano desde 1986, ha servido en las nunciaturas de Nigeria y México y, en Roma, fue viceministro de Relaciones con los Estados durante siete años.

Regreso de un diplomático a ese cargo en el Vaticano

La elección de Parolin sería por lo tanto una señal de que el nuevo Papa quiere intensificar la presencia diplomática del Vaticano en la escena mundial. Y que el nuevo secretario de Estado conoce bien esta estructura: además de haber sido hasta la semana pasada embajador de la Santa Sede en Venezuela, participa de esa red desde 1986, cuando egresó de la Academia Eclesiástica Pontificia, escuela donde se forman los nuncios. Desde aquella fecha participó en varias misiones internacionales, particularmente, en Asia, que ahora, como secretario de Estado, continuará, pero con más proyección.

En una entrevista que concedió al diario mexicano,  el pasado 8 de septiembre, Parolin dijo: “Como Iglesia, tenemos en nuestras manos la posibilidad de participar en la vida internacional por la vía diplomática”.

En otro diario dijo: “No quisiera una diplomacia que haga las primeras planas de los diarios sino que sea más eficaz. No buscamos popularidad”.

De hecho, el Vaticano dispone de una red mundial de nuncios en todos los países y, con la creación del Consejo de 8 cardenales que lo asesorará en los temas de la Curia, puede suponerse que la Secretaría de Estado estará más volcada a la diplomacia y los asuntos exteriores.