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Washington ha flexibilizado parte de las prohibiciones que limitan el comercio con la isla

El discurso de Obama en el Gran Teatro de La Habana será transmitido en vivo

Un cartel, hecho por el dueño de un bar, da la bienvenida al presidente estadounidense Barack Obama. Junto a ellos aparecen turistas que recorren la isla.
Un cartel, hecho por el dueño de un bar, da la bienvenida al presidente estadounidense Barack Obama. Junto a ellos aparecen turistas que recorren la isla.
Foto: AFP
19 de marzo de 2016 - 00:00 - Jeanneth Valdivieso M. Especial para EL TELÉGRAFO

Barack Obama llega mañana a una ciudad (La Habana) que se remozó para la visita del primer presidente de EE.UU. desde el triunfo de la Revolución hace más de medio siglo. Y mientras en la calle la gente se pregunta si este hecho “histórico” aliviará sus vidas, castigadas por el embargo aún vigente, analistas hablan de un proceso que abre oportunidades, aunque reste por ver su real alcance.

“Es un suceso histórico. Yo estoy muy contenta porque eso significa que las cosas están funcionando de alguna manera”, dice Idania del Río, una diseñadora cubana de 34 años.

Obama y su comitiva, que incluye a su esposa Michelle, sus hijas Malia y Sasha, al secretario de Estado John Kerry, altos funcionarios e inversionistas, llegará a la capital cubana para cumplir una intensa agenda hasta el martes 22 de marzo.

La ciudad, caracterizada por su centro histórico (Patrimonio Cultural de la Humanidad de la Unesco), sus edificios y automóviles de los años cincuenta que recrean otra época, y su largo malecón al filo del mar, dejó a punto los intensos trabajos de regeneración en calles, plazas y monumentos.

El mandatario tiene previsto recorrer La Habana Vieja mañana en la tarde tras su arribo y, al siguiente día, mantener su tercer encuentro con el presidente Raúl Castro en poco más de un año. El primero fue durante la Cumbre de las Américas en abril de 2015 y el segundo meses más tarde, en la Asamblea General de la ONU.

Además de reuniones con emprendedores cubanos y miembros de la sociedad civil, incluidos opositores al gobierno, Obama asistirá al juego de béisbol entre la selección cubana y los Tampa Bay Rays. Lo más esperado será su discurso en el Gran Teatro de La Habana que será transmitido en vivo. “Creo que va a ser un discurso importante y esperaría: primero, mucho respeto a la soberanía cubana porque el Presidente sabe de la cultura nacionalista de Cuba. Segundo, el Presidente no va a pedir disculpas por los valores que él tiene y que discrepan del sistema comunista cubano. Y por último, el Presidente va a mencionar también los intereses en los cuales Cuba y EE.UU. pueden avanzar en una agenda común”, afirmó a EL TELÉGRAFO, en La Habana, Arturo López-Levy, politólogo y profesor de la Universidad de Texas.

¿Proceso irreversible?

“Queremos que este proceso de normalización sea irreversible”. Así ha afirmado en varias ocasiones Ben Rhodes, asesor de Obama, quien destaca las medidas para aliviar el embargo, cuya derogación –insiste Washington- está en manos del Congreso.   

De su lado, el gobierno cubano sostiene que con las facultades ejecutivas, el presidente podría hacer más aunque ha valorado recientes medidas. “Estamos estudiando su alcance y efectos prácticos para comprobar su viabilidad. Preliminarmente se puede afirmar que las medidas son positivas”, dijo el jueves el canciller Bruno Rodríguez aunque enfatizó en la necesidad del “fin del bloqueo (…) que es el obstáculo más importante para el desarrollo económico de Cuba y causa privaciones al pueblo”.   

Según los recientes anuncios de EE.UU., se flexibilizaron los viajes de estadounidenses a la isla, aunque el turismo sigue prohibido. Por ejemplo, ya estaría permitido viajar individualmente y no en grupo para actividades de intercambio cultural.

Además, EE.UU. autorizó el uso del dólar en las transacciones internacionales de Cuba; es decir, poder realizar y recibir transferencias en la moneda norteamericana. Ante ello, Rodríguez anticipó que solo cuando se compruebe que la banca internacional da paso al uso efectivo del dólar, el gobierno cubano eliminará el gravamen del 10% que aplica a la divisa estadounidense que entra al país. A esas medidas se suman pasos significativos como los acuerdos para que operen por primera vez en décadas vuelos comerciales directos entre los dos países que están separados por apenas 145 kilómetros de mar. También se reactivó el correo postal y las llamadas telefónicas directas, actividades que antes debían pasar por terceros estados encareciendo costos y aumentando tiempos.  

Expectativa y desconfianza

Y en la vida cotidiana los cubanos ven con expectativa la visita de Obama y su posible repercusión en la normalización de las relaciones para mejorar sus ámbitos de trabajo que lidian con las restricciones.

“Me beneficiaría muchísimo porque si yo digo: ‘necesito tela’, la puedo traer de México que es buena, la puedo traer de República Dominicana, que es buena también, pero ¡la puedo traer de Miami, que está aquí mismo!”, afirma Idiana del Río, una diseñadora que junto a su socia española Leire Fernández, abrió hace casi un año ‘Clandestina’, una tienda/galería de diseño “99% cubano”.

“Yo espero que vengan buenas cosas. Algo ya está cambiando y espero mejore bastante”, comenta de su lado, Richard Vellón, de 23 años, quien en su bicitaxi transporta turistas en La Habana Vieja, con el letrero “The King of the music” o “El rey de la música” para atraer a los estadounidenses y que, confía, aumenten.

Cuba podría “tomar ventaja de las oportunidades que se abren, que no son óptimas, no son perfectas, pero sí son significativas”, explica López-Levy.

El reconocido filósofo y analista cubano Fernando Martínez es más escéptico: “No creo que la visita le aporte algo especial al proceso de negociaciones (…) Derrocar a la Revolución cubana, disminuir la soberanía nacional o propiciar el regreso a un capitalismo en Cuba no es el objetivo que esta enorme nación ha dejado de tener, lo sigue teniendo, simplemente que ha cambiado de estrategia”.

Obama ha justificado el acercamiento a Cuba tras el “fracaso de la política de aislamiento” mantenida desde hace décadas, y que impuso el embargo decretado en 1962 por John F. Kennedy, y agravado después por leyes que endurecieron sus términos, como respuesta al triunfo de la Revolución de 1959. (I)

DATOS

La base naval estadounidense en Guantánamo, en el sureste de Cuba, es uno de los principales obstáculos al proceso de normalización de los vínculos entre los dos países, que restablecieron relaciones diplomáticas el 20 de julio pasado.

Dicha instalación, ubicada desde hace más de un siglo en suelo cubano contra la voluntad del Gobierno, ocupa un área de unos 120 kilómetros cuadrados y alberga a alrededor de 10 mil militares y civiles norteamericanos.  

Considerada por expertos como un rezago de la Guerra Fría y una instalación con poco valor desde el punto de vista militar, el enclave acoge desde enero de 2002, bajo la administración de George W. Bush (2001-2009), una cárcel para individuos sospechosos de realizar o planear acciones terroristas contra Estados Unidos.

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La Habana se solidarizó con Caracas

Maduro analizó la cooperación con Raúl Castro

El presidente Nicolás Maduro se reunió con Raúl Castro en Cuba. El gobernante llegó a La Habana en la madrugada acompañado por su esposa, la diputada venezolana Cilia Flores.

En el aeropuerto fue recibido por el vicepresidente Miguel Díaz-Canel, según mostró la televisión estatal. El diario oficial Granma destacó que Maduro “sostendrá conversaciones oficiales” con su homólogo Raúl Castro.

“Venimos con todo el espíritu de ordenar muy bien el plan de cooperación, de trabajo conjunto, para el 2016, y la visión de largo plazo”, dijo el presidente venezolano.  

Maduro acusó esta semana a Obama de “dar luz verde” al golpismo. El presidente norteamericano renovó un decreto que considera a Venezuela como una “amenaza inusual y extraordinaria”, figura que empleó hace un año para imponer sanciones a funcionarios venezolanos señalados por Washington de cometer violaciones de derechos humanos.

Maduro ha repudiado esa decisión y recabado el apoyo firme de Cuba. En una declaración transmitida en vivo por la televisión cubana el jueves, el canciller Bruno

Rodríguez destacó que La Habana tiene “grandes diferencias” con Washington sobre Venezuela, y reiteró la “enfática, irrestricta y plena solidaridad” de su país con el gobierno de Maduro. “Reiteraremos al gobierno de Estados Unidos nuestro reclamo ante aquella orden ejecutiva”, expresó. (I)

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