El desempleo en la Eurozona roza los 17 millones de personas
El desempleo alcanzó un nuevo récord en la Eurozona, agobiada por duros ajustes y la amenaza de recesión en España, al tiempo que se terminan los plazos para que Grecia evite la quiebra.
El índice de desempleo en los 17 países que adoptaron el euro alcanzó un récord histórico en diciembre de 2011, golpeando a un 10,4% de la población activa, es decir 16.469 millones de personas (20.000 más que en noviembre).
España lidera la lista en la Eurozona con 22,9%, delante de Grecia (19,2%), según la oficina europea de estadísticas Eurostat.
Justamente para impulsar el crecimiento y el empleo en el bloque europeo, los 27 dirigentes de la Unión Europea se reunieron el lunes en Bruselas. Pero más que medidas concretas para frenar los flagelos de recesión y desempleo, los europeos acordaron un pacto que consagra la austeridad fiscal en Europa.
Solo Gran Bretaña y República Checa quedaron fuera del tratado que responde a una exigencia de disciplina de la canciller alemana, Angela Merkel, a cambio de mayor solidaridad financiera.
No obstante, fue Grecia, el país que representa el 2% del PIB de la Eurozona y donde detonó la crisis de deuda, la que acaparó la agenda de la cumbre europea. Al final de la reunión, los dirigentes europeos exhortaron a alcanzar un acuerdo global en Grecia antes del fin de semana, que incluya al mismo tiempo una quita significativa de la deuda griega y el desembolso del segundo paquete de ayuda europea.
El Gobierno griego de Papademos negocia sin grandes avances con sus acreedores privados (bancos y fondos de inversión) una quita de 100.000 millones de euros del total de la colosal deuda griega, que supera los 350.000 millones de euros. El objetivo es reducir la deuda del 160% del PIB a un nivel algo más sostenible (120% de su PIB) en 2020.
Los líderes europeos y el Fondo Monetario Internacional (FMI) exigen que Grecia llegue a un acuerdo con la banca privada, a cambio de la entrega de un paquete de ayuda de 130.000 millones de euros.
Atenas necesita cuanto antes de ese rescate para pagar en marzo un vencimiento de 14.500 millones de euros. De lo contrario se convertirá en el primer país de la Eurozona en declararse en quiebra.
La falta de avances en Grecia provocaron que Alemania, primera economía europea, perdiera la paciencia y el fin de semana propuso dotar a la UE con mayor poder de decisión sobre la gestión del presupuesto griego. Pero la idea provocó un rechazo absoluto en Grecia y varios de sus socios europeos.
“No me parece razonable poner a un país bajo tutela”, dijo el presidente francés, Nicolas Sarkozy. Además, surgieron temores en los mercados financieros de que los problemas de Grecia se extiendan a Portugal y este país tenga que recurrir también a un segundo plan de rescate y a una reestructuración de su deuda.
La cumbre del lunes quedó entonces una vez más como mucho ruido y pocas nueces. Al igual que muchas anteriores, la cumbre no logró ningún avance para combatir la crisis de la deuda europea, opinó Sony Kapoor, del Centro de Reflexión Re-Define. “Si bien destacamos que el Consejo esté al menos hablando de crecimiento y la necesidad de generar empleo, es evidente que aún no tienen nada sustancial que decir”, añadió.