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La noticia ha desmoralizado a un sector del electorado nacionalista

El caso Pujol impacta en la consulta soberanista catalana

El expresidente de Cataluña, Jordi Pujol, durante una entrevista en Barcelona, España. Foto: AFP
El expresidente de Cataluña, Jordi Pujol, durante una entrevista en Barcelona, España. Foto: AFP
31 de agosto de 2014 - 00:00 - Adriá Soldevila Rovira, corresponsal en España

Cataluña vive desde hace 2 años un proceso soberanista inédito. Tras decenas de años sin manifestar públicamente su voluntad nacionalista y su sentimiento a unas tradiciones, una lengua y una cultura propias, escondida por la furia con que la dictadura de Francisco Franco respondía a todas las proclamaciones regionalistas, la fuerza de Cataluña es hoy el tema de discusión principal en España.

El pasado 12 de diciembre Artur Mas, el president de la Generalitat de Catalunya, órgano que gestiona políticamente el Autogobierno de la nación, convocó la consulta de autodeterminación, que se debe celebrar el 9 de noviembre de este año y en la cual el pueblo catalán decidirá su futuro: junto a España, o por el contrario, como un Estado independiente. Este referendo, sin embargo, desde su convocatoria y hasta la fecha, no ha sido autorizado por el gobierno central español, que lo considera inconstitucional, y tampoco es reconocido por ningún otro ámbito estatal.

Es por eso que, ante la negativa de las instituciones catalanas a retirar la convocatoria de la consulta, desde la política derechista española se intenta apaciguar los ánimos nacionalistas con una investigación permanente a los políticos locales, entre ellos, el presidente Artur Mas y su entorno, en el que se encuentra el expresidente de la Generalitat, Jordi Pujol, quien confesó hace 2 meses que tiene varios millones de euros sin regularizar en el extranjero.

¿Quién es Jordi Pujol?

Jordi Pujol y Soley fue presidente de la Generalitat de Cataluña durante 23 años, desde 1980 hasta 2003. Fue el político que recuperó el ánimo nacionalista escondido con el régimen de Franco.

En la época del ‘caudillo’ se prohibió el catalán y se menospreció la cultura y sus tradiciones locales. El autogobierno desapareció. El espíritu nacionalista estaba dormido, pero con la llegada de Jordi Pujol todo cambió.

El político dio un giro de 180 grados a la dirección de Cataluña. Recuperó la identidad nacionalista, escondida durante más de 35 años.

Pujol, un resistente antifranquista que había participado en la lucha contra la dictadura a través de organizaciones catalanistas, católicas y políticas, entre las cuales destaca la fundación del partido Convergencia Democrática de Catalunya (el partido mayoritario actual),  tejió los hilos de lo que es hoy Cataluña, una nación con estructuras de Estado formadas por un gobierno, una corporación pública de medios audiovisuales, un cuerpo de seguridad público y una sociedad viva y plural.

¿Qué es el Caso Pujol?

El pasado 25 de julio, en un comunicado oficial enviado a todos los medios de comunicación, Jordi Pujol confesaba haber escondido durante más de 30 años, es decir, también mientras fue el Presidente de la Generalitat, una herencia dejada por su padre en cuentas corrientes situadas en el extranjero.

En la carta, Pujol contaba hasta el más mínimo detalle de los motivos que le llevaron a aceptar dicho dinero en negro, entre las cuales estaba “la última voluntad de mi padre (…) pese a que mi conciencia y mi cargo me empujaban a rechazar dicha herencia” y  admitía “un error que contaminaría directamente a mis siete hijos y a mi esposa”.

El gran golpe había llegado. Sus antiguos votantes, es decir, una gran parte de la población catalana, nada ahora entre la tristeza y la indignación. Saber que su presidente durante 23 años estuvo defraudando a Hacienda mientras ocupó su cargo no es agradable para un ciudadano que confió en su palabra y en su forma de trabajar.

También se ha convertido en un golpe muy duro para su partido. Convergencia Democrática de Catalunya (CDC), el partido que fundó el mismo Pujol, se ha visto salpicado por la confesión de su líder histórico y por el maestro de quien es ahora el presidente actual, Artur Mas. “La noticia la recibimos como una jarra de agua fría, porque no te esperas que el Presidente de Cataluña acabe aceptando tener dinero en el extranjero y que fuera dinero de su padre, que ya sabemos que era un gestor de divisas no declaradas en el exterior. Hay una parte de decepción”, admite Ferran Falcó, diputado del Parlament de Cataluña y miembro de CDC.

El expresidente, una vez admitido su pecado, ha renunciado al cargo de Molt Honorable (muy honorable), a la pensión vitalicia de la cual disponen todos los expresidentes de la Generalitat, al trato protocolario y a la oficina institucional a la cual tenía derecho.

¿Qué significa para Cataluña y el resto de España el Caso Pujol?

Esa confesión llegaba en plena campaña por la regularización de los tributos en España y en la etapa final de la preparación por la consulta soberanista del 9 de noviembre.

En Cataluña esta declaración ha dejado a toda la ciudadanía muy herida. Pujol era un hombre por el que todo el país hubiese puesto la mano en el fuego a la hora de defender su trabajo, dedicación y honestidad.

Sin embargo, el apoyo a la consulta se mantiene. Falcó aclaró que “no puede afectar en nada. El país es lo suficientemente maduro y ha cambiado tanto generacionalmente como para saber separar lo que fue la actuación de la familia del expresidente, de un proceso nuevo, que nació años más tarde y que tiene fuerza por él mismo. Esto desmoraliza un tipo de electorado y de ciudadano muy vinculado a la figura del expresidente Pujol, pero no desmoraliza ni al proceso, ni le quita legitimidad, ni le quita razones, aunque desde España se quiera vender algo diferente.”

En España, sin embargo, la reacción no es de tristeza, sino todo lo contrario.  Media sonrisa se ha instalado en la tez de los protagonistas de la escena política española, sobre todo, en los grandes partidos y en sus líderes, quienes afrontan escándalos de corrupción. Ahora dedican gran parte de su tiempo a negar el derecho a referendo, buscando y diseñando todo tipo de estrategias para vaciar de credibilidad el proceso nacionalista.

“Esto sirve también para tapar los 2 grandes escándalos de los 2 grandes partidos españoles (PP y PSOE), que son de unas dimensiones muy superiores y que ahora parece que nunca han roto un plato”, comenta Ferran Falcó.

Será ahora la justicia la que deberá pronunciarse sobre dicha omisión del deber de tributación y dictará sentencia a uno de los casos de corrupción política que más ruido ha generado en España en los últimos años.

Pujol, quien podía haber pasado a la historia como uno de los grandes presidentes de Cataluña, ahora cerrará el libro de su vida de una forma que nadie hubiera imaginado.

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