El Ejército colombiano informó ayer que dio de baja a dos guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en medio de una operación contra actividades criminales en el norteño departamento de Bolívar.

La muerte de los insurgentes causó alarma en Colombia pues hace apenas cuatro días el gobierno y las FARC firmaron un nuevo acuerdo de paz y desde agosto pasado las partes mantienen un cese bilateral y definitivo del fuego que cuenta con la verificación de una misión de Naciones Unidas.

Según el comandante en jefe del Ejército, general Alberto José Mejía, los guerrilleros se encontraban armados, con uniformes y a una distancia de 68 kilómetros de su correspondiente zona de preconcentración.

Es en esas zonas donde se han instalado en forma temporal las tropas de esa guerrilla y donde la misión de Naciones Unidas hace su trabajo de verificación, en espera de que entre en vigencia un nuevo acuerdo de paz pues el original fue rechazado en un plebiscito el pasado 2 de octubre.

El general Mejía señaló que las tropas que realizaron la operación pensaron en un principio, por información de inteligencia militar, que estaban actuando contra una estructura del Ejército de Liberación Nacional (ELN), la otra insurgencia de Colombia y la cual aún se mantiene en guerra contra el Estado.

Desde La Habana, las FARC señalaron que los combatientes se dirigían a su zona de preconcentración.

En un comunicado sobre el operativo, el Ejército aseguró que el enfrentamiento con los hoy fallecidos se produjo cuando soldados de la Fuerza de Tarea Marte fueron advertidos sobre la presencia de unos individuos armados y con uniformes, al parecer del ELN, en el municipio de Santa Rosa, Bolívar.   

“Las primeras informaciones indicaban que estos sujetos se dedicaban al chantaje y cobro de extorsiones a ganaderos, mineros, transportadores, comerciantes, so pena de atentar contra sus vidas y se dedicaban al manejo de la minería ilegal en el sector conocido como Mina Golfo”, indicó el comunicado.

Señaló que, con esos datos, la Fuerza de Tarea Marte ejecutó un operativo en el que se produjeron combates. En el transcurso de los mismos “dos de los sujetos de la estructura murieron y uno más se entregó voluntariamente a las tropas que adelantaron la acción”.

Funcionarios de investigación criminal de la Policía Nacional realizaron el levantamiento de los cuerpos y recibieron al guerrillero capturado, el cual, según el comunicado, decidió acogerse al Programa de Atención Humanitaria al Desmovilizado.

“El desmovilizado les manifestó por escrito que él y los otros dos sujetos, pertenecían al Frente 37 de las FARC y les entregó información exacta sobre las actividades ilegales que realizaban en la zona”, aseguró el Ejército.

El jefe de negociadores de paz del gobierno, Humberto de la Calle, dijo que ya habló sobre la muerte de los dos hombres con el jefe de delegados del grupo armado en La Habana, ‘Iván Márquez’, quien le dijo que los fallecidos “iban en camino a la zona de preagrupamiento” y descartó que estuvieran involucrados en actividades delictivas.

Según De la Calle hay discrepancias entre las FARC y el gobierno sobre cómo ocurrieron los hechos, pero “lo cierto es que el cese del fuego sí es frágil”.

“La lección de esto es que no podemos demorarnos en concretar el nuevo acuerdo de paz. Si hay un nuevo acuerdo, si tenemos una nueva oportunidad de terminar el conflicto en Colombia, no podemos desaprovechar esa oportunidad”, dijo el jefe de los negociadores del Estado colombiano.

El Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (Cerac) señaló en un comunicado que la muerte de ambos guerrilleros de las FARC en el sur de Bolívar “sería la primera violación al cese al fuego bilateral en 80 días de vigencia”.

El cese del fuego bilateral rige desde el 29 de agosto pasado, días después de que el presidente Juan Manuel Santos y el jefe de las FARC, Timoleón Jiménez, Timochenko, firmaran el acuerdo del fin del conflicto en La Habana.

En busca de consenso

La confirmación de la muerte de los mencionados guerrilleros ocurrió mientras el presidente Juan Manuel Santos viajaba a EE.UU. para someterse a exámenes médicos. Antes de viajar, el mandatario dijo que ya se cerraron las negociaciones para el nuevo acuerdo con la agrupación armada y que lo que viene ahora es buscar el consenso con todos los sectores políticos para refrendar lo pactado.

“Hemos continuado ese proceso para explicarles en detalle (a los opositores al acuerdo original) todo lo que ahí se negoció. La mayoría de los puntos que pusieron sobre la mesa fueron atendidos con total lealtad y fidelidad y el nuevo acuerdo es mejor, más amplio y más profundo porque clarifica varias de las dudas y cambia muchos de los temas que habían sido objeto de preocupación o de objeción por parte de los voceros del ‘No’”, dijo Santos.

Este jueves, representantes del gobierno y promotores del ‘No’ a los acuerdos de paz en el plebiscito del 2 de octubre sostendrán una primera reunión para analizar el nuevo pacto suscrito en Cuba el sábado pasado. (I)

DATOS

Los negociadores firmaron el sábado pasado en La Habana, Cuba, el documento que sustituye al pacto previo rechazado por los electores colombianos en el plebiscito del 2 de octubre.

El mecanismo para la refrendación del nuevo acuerdo de paz entre el Gobierno de Colombia y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo (FARC-EP) aún no está claro.

Para el líder del grupo insurgente, Timoleón Jiménez, conocido como Timochenko, “el pueblo con sus organizaciones sociales y manifestaciones son los que deben refrendar el acuerdo”.

A inicios de este mes, el mandatario Juan Manuel Santos aseguró que no había tomado la decisión sobre cómo ratificar el pacto y recordó que otra de las opciones es presentarlo al Congreso. (I)