El destino de España parece marcado por la necesidad de un flotador que ayude al país a sobrellevar la situación desatada por su sistema financiero y las medidas de austeridad impuestas por el Ejecutivo de Mariano Rajoy.

Según Arnab Das, estratega de Roubini Global Economics (RGE), el país finalmente "necesitará un plan de rescate", ya que la carga de la deuda privada "es cada vez más pesada sobre los niveles de la deuda soberana", cuya prima de riesgo está sobre los 500 puntos, lo que significa que España tendrá que pagar más  intereses.

Durante una entrevista con la CNBC, Arnab Das explicó que el problema actual "es que el mercado está empezando a darse cuenta del hecho de que hay demasiada deuda en España" y en este contexto el país tendrá que pedir un rescate a principios de 2013.

En efecto, España estaba ayer de nuevo en el centro de mira de los mercados, que siguen dudando de su capacidad para asumir sola sus compromisos financieros, especialmente ahora que tiene que acudir en ayuda de bancos y comunidades autónomas en plena recesión.

A pesar del anuncio del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, quien afirmó que España no pedirá un rescate, los inversores no dan ni un día de respiro al país, que ve cómo se acumulan las malas noticias económicas. 

Por ejemplo, ayer el Banco de España anunció que la economía, que entró en recesión en el primer trimestre de este año con un retroceso de 0,3% del Producto Interno Bruto (PIB), seguirá cayendo hasta junio, confirmando una tendencia avanzada por el gobierno.

A esto se sumaron los datos provisionales de venta al por menor en el mes de abril en España, que cayeron un 9,8%, su mayor bajada mensual desde 2003, lo que confirma la debilidad de la economía.

Otro dato que se sumó ayer al  escenario económico español fue que el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez,   comunicó a Rajoy su decisión de abandonar la dirección de la entidad el próximo 10 de junio, un mes antes de la fecha inicialmente prevista, que era el 12 de julio.

Con el adelanto de su salida se persigue que su sucesor pueda incorporarse el  11 de junio, fecha límite en que todas las entidades deberán presentar los planes de saneamiento para cumplir con la última reforma financiera.

Los bancos siguen siendo la principal fuente de preocupación, ya que España debe realizar el rescate público más caro de su historia, el de Bankia, una de las grandes entidades del país que necesita 23.500 millones de euros. Rajoy justifica la inyección de dinero público en Bankia diciendo que la otra alternativa era "no hacer nada, dejarlo quebrar".
Optando por unirse para ser más fuertes, tres cajas de ahorros -Ibercaja, Liberbank y Caja3- también aprobaron ayer su fusión, que creará el séptimo banco del país en términos de activos (120.000 millones de euros).

Pero el mercado se preocupa también por la situación de las 17 comunidades autónomas, dotadas de importantes competencias como la salud y la educación, y responsabilizadas de la desviación presupuestaria de España en 2011, que subió el déficit público del 6% al 8,9% del PIB.