Dolarización marca un contraste en Venezuela
Concesionarios con vehículos de alta gama, restaurantes de comida internacional o tiendas de moda de firmas exclusivas son algunos de los “lujos” a los que los venezolanos pueden acceder, pero solo un 5% de la población. El resto, si no logra migrar a otro país sobrevive con diversas privaciones y necesidades básicas insatisfechas.
El director de la consultora Econométrica, Henkel García, indica que se trata de un “fenómeno nuevo” en el que más de 1’5 millones de personas disfruta de la flexibilización de la vigilancia del Estado sobre la economía.
Se trata del mismo porcentaje que muestra signos de una recuperación que no es generalizada ni lo será hasta que se tomen otros correctivos.
Con la economía del país destruida por años de mala administración y corrupción, y luego llevada al borde del colapso por las sanciones de Estados Unidos, el presidente en disputa Nicolás Maduro se vio obligado a disminuir las restricciones económicas que alguna vez definieron al gobierno socialista y proporcionaron la base de su legitimidad política.
Después de años de nacionalizar las empresas, determinar el tipo de cambio y fijar el precio de los bienes más básicos, una serie de medidas que durante mucho tiempo contribuyeron a la escasez crónica, pareciera que Maduro hizo las paces con el sector privado y ahora lo deja trabajar. Y aunque en general la economía del país sigue contrayéndose, la disminución de las regulaciones motivó a las empresas que les ofrecen servicios a los ricos o al mercado de exportación a invertir nuevamente, explica García.
Ahora los dólares son aceptados en todas partes, a pesar de las frecuentes denuncias de Maduro acerca de que Estados Unidos es la raíz de todos los problemas de Venezuela.
La moneda del país, el bolívar, inútil por la hiperinflación, es difícil de encontrar. “No lo veo mal (…) ese proceso que llaman de dolarización”, dijo Maduro en una entrevista televisiva, refiriéndose a la libre circulación de dólares. “Gracias a Dios existe”, añadió.
Para el economista y parlamentario venezolano, José Guerra, la dolarización de la economía venezolana es “caótica” porque no es legal ni de derecho, sino de facto, ante la ausencia de bolívares en el mercado. “El bolívar ya no existe como moneda, señala el legislador. “De hecho, estamos viendo ahora que el dólar se fortalece con respecto al euro y a todas las monedas latinoamericanas”.
Luis Vicente León, presidente de la encuestadora Datanálisis, señala que Venezuela es “un país donde no hay efectivo, la gente quiere recibir una moneda que conserve su valor, por lo tanto prefiere el dólar o el euro, y hasta el peso colombiano o una grama de oro. Sin embargo, lo que parece interesante a analistas y economistas es que este uso de moneda extranjera, como medio de pago, creció casi a 35%, lo que representa un tercio del total de las transacciones comerciales en territorio venezolano.
Los menos favorecidos
Ver los anaqueles llenos otra vez ayuda a aliviar las tensiones en la capital, donde la ira por la imposibilidad de cubrir las necesidades básicas contribuyó a que se desencadenaran protestas masivas a lo largo de los años. Pero ese auge también tiene un costo. La nueva economía de libre mercado excluye completamente a la mayoría de los venezolanos sin acceso a dólares.
Lo único que no está dolarizado en Venezuela es el salario, señala Guerra. “La situación se ha simplificado entre las familias que tienen dólares y las familias que no tienen dólares. Las familias que tienen dólares pueden vivir modestamente, y las familias que no tienen dólares sobreviven con un salario de un poco más de un dólar al mes, más lo que puedan conseguir con productos subsidiados”.
Esto marca una diferencia social aún más grande que también desestabiliza la economía de mercado. Esta desigualdad exacerbada socava las pretensiones de Maduro sobre preservar el legado de mayor igualdad social dejado por su predecesor, Hugo Chávez, y su Revolución Bolivariana.
En sus discursos, Maduro aún promueve una visión de Venezuela en la que todos comparten sus recursos, pero la brecha entre la retórica y la realidad es mayor que nunca, apunta Ramiro Molina, economista de la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas.
Economía
Inflación
La inflación de Venezuela cerró en 9.585,5% en 2019, informó el Banco Central, una desaceleración respecto al año previo, pero una cifra que muestra la crisis económica que asola al país petrolero.
4 millones de venezolanos han migrado de su país, generando una crisis humanitaria, según la ONU.
Proyección
El Fondo Monetario Internacional dijo que Venezuela se apresta a sufrir una contracción económica del 10% en 2020 luego de que la actividad se hundiera un 35% en 2019. (I)