“No tengo evidencia de falta de credibilidad en Graza Foster (foto)”, subrayó ayer la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, en el Palacio Planalto donde ratificó su confianza a la jefa de Petrobras y descartó cualquier implicación de esta persona en el escándalo de corrupción en esa compañía estatal.

Tras reconocer la existencia de un escenario muy difícil en la petrolera, corroboró que mantendrá a la presidenta en el cargo para garantizar la continuación del proceso de investigación en la entidad, la más importante de Brasil.

El esquema de corrupción en la petrolera involucra a 39 personas, entre exdirectivos y altos ejecutivos.