Dilma Rousseff prepara su defensa para el juicio final
Esta semana es crucial para la presidenta suspendida de Brasil, que afronta días críticos. Dilma Rousseff podrá ser destituida por el Senado, pero su esperado discurso en el juicio político, el lunes 29 de agosto, será el puntapié inicial para combatir, desde el llano, al gobierno que asumirá su vicepresidente, Michel Temer, quien la traicionó y llevó a su gabinete a la antigua oposición de derechas con una agenda neoliberal.
Pero la llamada ‘Patria Judicial’, como se define a jueces y fiscales identificados políticamente, no descansa: un juez de la corte, con el tiempo de la cuenta regresiva para el juicio político, abrió una investigación de una denuncia contra Dilma por supuesta obstrucción de la justicia en la operación anticorrupción Lava Jato.
Levantando la bandera de un plebiscito para “que prevalezca la democracia”, Rousseff propondrá nuevas elecciones y denunciará que en su contra hay un golpe. Recibirá de los senadores munición pesada (que la actual crisis es obra de ella), cuando fue reelecta por sus logros en 2014.
“Resistí tensiones más fuertes en mi vida que esta, esto es un ejercicio de democracia. Será la manifestación de una presidenta que irá al Senado y que está siendo juzgada por un proceso de juicio político sin un delito de responsabilidad”, dijo la mandataria suspendida durante un encuentro con mujeres en el Palacio de la Alvorada, donde trabaja y reside a la espera de la definición del juicio político.
Rousseff está acusada de violar la ley de responsabilidad fiscal en el manejo y aplicación de las partidas presupuestarias de 2015 y será la primera vez que oficialmente hable ante el Senado desde que el 12 de mayo fue suspendida del cargo con la ayuda de Temer, cuyo partido abandonó al PT y se unió a la oposición derechista derrotada desde 2002.
El juicio político comenzará el 25 y el lunes 29 será el día en que Rousseff declare y sea sometida a un interrogatorio en calidad de acusada, debido a que el Senado funciona como tribunal.
El país está en vilo porque una vez que se terminen los Juegos Olímpicos Río 2016 volverá la definición sobre la continuidad de Temer o de Rousseff, con las campañas municipales del 2 de octubre de fondo. Temer, a quien no conoce 1 de cada 3 brasileños, tiene escasa popularidad. Temer, silbado y repudiado en los estadios olímpicos, en protestas prácticamente calladas por las cadenas de televisión, no cerrará los juegos por temor a nuevos abucheos. Irá el presidente de Diputados, Rodrigo Maia, su nuevo aliado, del conservador Demócratas.
Los juegos fueron obtenidos por Luiz Inácio Lula da Silva en 2009, al vencer Río a Madrid, Tokio y la Chicago de Barack Obama. “Me siento un poco olvidado, nadie se acordó de mí, que conseguí traer los juegos para Brasil”, dijo recientemente Lula en un discurso.
A una semana del inicio del juicio político, Rousseff recibió un revés en la justicia: el juez Teori Zavazski, del Supremo Tribunal Federal, admitió un pedido de la fiscalía para investigarla a ella y al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, a dos jueces y a dos exministros por obstrucción de la justicia en la causa Lava Jato. Una causa basada en el exsenador Delcidio Amaral, quien intentó ayudar a un corrupto confeso de Petrobras.
Rousseff, en una carta a los senadores, denunció un “golpe”, pidió cerrar el juicio político porque según ella no ha cometido ningún delito y convocó a un plebiscito para definir nuevas elecciones y una reforma del sistema político y partidario, sobre todo porque parte de su fracaso está apoyado en delitos de corrupción en los que se acusa a dirigentes del PT y de sus exaliados, como el Partido del Movimiento de la Democracia Brasileña (PMDB) de Temer.
La noticia de que será investigada llegó horas después de la carta. “El pedido estaba en la mesa del juez de la corte desde mayo y fue atendido cuando Dilma dio a conocer su carta, una curiosa coincidencia”, escribió el columnista Bernardo Mello Franco, de Folha de Sao Paulo, diario que editorialmente defiende la renuncia de Rousseff.
“Que Dilma venga al recinto de la cámara alta es un gran acontecimiento político. Ella es una mujer fuerte que crece en la adversidad. La verdad está del lado de ella y le irá bien”, explicó Lindbergh Farias, senador del PT, recordando que Rousseff pasó por situaciones adversas en la vida, como sus tres años como presa política y 22 días de torturas por parte de la dictadura brasileña.
En cambio, el senador Ronaldo Caiado, el dirigente ganadero del derechista Demócratas, hoy socio de Temer, afirmó que Dilma “deberá explicar la corrupción en su gobierno y cómo ha dejado el país en la ruina tras su paso por el gobierno”.
Caiado, cuyo partido conduce el Ministerio de Educación del interinato de Temer, llama a Rousseff “expresidenta”.
Los augurios son negativos para la presidenta: la semana pasada el plenario del Senado aprobó por 59 votos a 21 el informe acusador contra ella por las ‘pedaleadas fiscales’ en el presupuesto, un rito que ya se cumplió en comisión pero debe repetirse en el recinto.
Con 54 votos (dos tercios de los 81 senadores), Rousseff será apartada del cargo, sus derechos políticos suspendidos por 8 años y Temer asumirá como definitivo hacia el mandato que termina en diciembre de 2018. En el medio, la Operación Lava Jato afectando al nuevo gobierno interino, con las denuncias por supuestos sobornos o financiación ilegal de campañas contra Temer y el canciller Serra publicadas el fin de semana pasado por la prensa, en base a dichos del condenado empresario Marcelo Odebrecht. Pero desde los medios alineados con la derecha no hay convocatorias a las calles como sí la hubo contra el PT.
Odebrecht negocia una reducción de pena a cambio de información sobre cómo su imperio abasteció a toda la clase política, tanto en forma legal o clandestina, información que estará al alcance de Rousseff para trabajar por su absolución. (I)
CRONOGRAMA DE LA SESIÓN
Jueves 25: Apertura de sesión extraordinaria para juzgar a la presidenta Dilma Rousseff por supuesto crimen de responsabilidad fiscal. Los trabajos comienzan a las 09:00 (12h00 GMT) y serán interrumpidos cada 4 horas por intervalos de 60 minutos.
Resueltas cuestiones de procedimiento, inicia la interrogación de los testigos por parte del presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lewandowski: dos convocados por la acusación y 4 por la defensa.
Viernes 26: Continúa la interrogación de los testigos. Se espera que esta etapa concluya la noche del viernes, pero puede extenderse durante el fin de semana.
Lunes 29: Apertura de la sesión a las 9:00 (12h00 GMT) con la comparecencia de Rousseff. En calidad de acusada, la presidenta suspendida tendrá 30 minutos para usar la palabra y luego será interrogada por Lewandowski, los senadores y los abogados de acusación y defensa.
Luego inicia el debate entre los senadores, en el que cada uno dispone de hasta 10 minutos para expresarse sobre la denuncia. Se estima que esta etapa puede durar alrededor de 20 horas.
Después, los abogados de la acusación y la defensa dispondrán de una hora y media cada uno para dirigirse al plenario, antes de la votación.
Votación final: Mediante voto electrónico, los 81 senadores decidirán si Rousseff es culpable o inocente de haber violado la Constitución.
Si una mayoría especial de dos tercios (54 senadores) vota a favor de condenarla, Rousseff pierde la presidencia y queda inhabilitada por 8 años para ejercer cualquier cargo público.
Si los votos a favor de destituirla no alcanzan esa marca, el proceso es archivado y Rousseff, absuelta, vuelve a su cargo como presidenta de Brasil. (I)