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Jueces rechazan recursos para la asunción de Lula como jefe de Ministros

Dilma:"Hay un golpe en marcha en Brasil"

Partidarios de Dilma Rousseff  rechazan los pedidos de destitución de la mandataria en Belo Horizonte, Brasil.
Partidarios de Dilma Rousseff rechazan los pedidos de destitución de la mandataria en Belo Horizonte, Brasil.
Foto: AFP
23 de marzo de 2016 - 00:00 - Pablo Giuliano. Corresponsal desde Sao Paulo, Brasil

“Jamás renunciaré”. Esta frase marcó parte de un discurso histórico de la presidenta Dilma Rousseff, una expresa política de la dictadura que ahora condena la presión desatada por miembros del Poder Judicial y las maniobras destituyentes de la oposición en el Congreso.

Al recibir el respaldo de centenas de juristas en el Palacio del Planalto, sede del gobierno en Brasilia, contra el juicio político en su contra que tramita el Congreso, disparó: “No hay lugar para medias tintas: lo que está en marcha es un golpe contra la democracia. Jamás renunciaré”.

El discurso de la presidenta Rousseff condenó el posicionamiento político de los jueces, al recordar que fue blanco de escuchas telefónicas divulgadas públicamente por parte del juez Sergio Moro. Él investiga el caso de corrupción Petrobras en el que se ha involucrado al expresidente Luiz Inacio Lula da Silva.

En la filtración Rousseff habla con el expresidente Lula da Silva. A él le pide que firme un acta de asunción como jefe de ministros “si cree que hay necesidad”. Según la oposición esa maniobra apuntaba a proteger con fueros al líder del Partido de los Trabajadores (PT) y eventual candidato presidencial en 2018.

“No renuncio bajo ninguna hipótesis. No importa si el arma es un fusil o la voluntad de ciertas personas de llegar al poder”, sostuvo la mandataria. En paralelo, dos jueces de la máxima corte del país rechazaron recursos para la asunción de Lula como jefe de ministros.

Rousseff aseguró que existe en Brasil una “ruptura institucional que está siendo forjada en los peores sótanos de la baja política” y clamó para que el poder judicial “despierte para combatir la corrupción respetando los derechos de todos los ciudadanos, con conquistas civilizadas como la presunción de inocencia y el amplio derecho de defensa”.

Luego de que ayer denunciara ante la corte al juez Moro por violar y poner en riesgo la seguridad nacional revelando escuchas presidenciales, la jefa del Estado cargó contra el magistrado. “El encargado de hacer justicia opta por violar la ley, no puede transformarse en militante partidario, no puede abdicar de la imparcialidad. La justicia se debilita y la Constitución se rasga cuando son grabados diálogos de la presidenta sin autorización de la corte”.

En una clara alusión a la batalla legal entre Lula y el juez Moro, Rousseff afirmó que “no se puede tener como meta condenar adversarios en lugar de hacer justicia”.

La mandataria recordó que fue presa política de la dictadura militar brasileña entre 1970 y 1972 y expresó que ahora debe luchar “para no ser víctima en plena democracia” de la persecución.

El juicio político sigue

El Congreso abrió el juicio político de Rousseff por pedido de la oposición y con el visto bueno del investigado por corrupción Eduardo Cunha, el titular de la Cámara de Diputados, por supuestas maniobras fiscales para cerrar los presupuestos de 2014 y 2015. “Tengo la conciencia tranquila de quien no cometió un ilícito que pueda caracterizar un crimen de responsabilidad porque condenar a alguien por un crimen que no cometió es la mayor violencia que se puede cometer contra una persona”.

La Comisión Especial de la Cámara de Diputados encargada de estudiar el pedido de juicio político contra la presidenta brasileña decidía ayer si incluye como parte del proceso la delación del senador Delcidio do Amaral.

El discurso de Rousseff terminó con un grito que se ha convertido en parte de la movilización de quienes  no apoyan el juicio político: “No habrá golpe”.

Antes del discurso de Rousseff, el juez Moro lanzó la fase número 26 de la Operación Lava Jato con foco en una red de corrupción originada en la contabilidad paralela de la empresa constructora Odebrecht, en la cual, según la fiscalía, existen indicios de entrega ilegal de dinero para obras de infraestructura que superan el caso vinculado a la petrolera Petrobras. En el foco ingresó la construcción del estadio Arena Corinthians, hecho para el Mundial 2014 en San Pablo y que sirvió para la inauguración del certamen.

El senador socialdemócrata Aecio Neves (PSDB), derrotado por Dilma Rousseff en las últimas elecciones, pidió recientemente la renuncia de la Primera Mandataria como un “gesto magnánimo” de quien “perdió las condiciones mínimas para gobernar”. (I)

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