De Carlotto dice que quien lamenta la muerte de Bignone llora a un criminal
La titular de la organización Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, dijo este martes que espera que quien llora la reciente muerte del último presidente de facto de Argentina, Reynaldo Bignone (1982-1983), sepa que está lamentando la pérdida de un "criminal totalmente resuelto a matar".
"Me lo dijo personalmente cuando le fui a pedir por la vida de mi hija en diciembre de 1977 (...) y la mataron aunque yo se lo pedí", aseguró De Carlotto durante un acto de homenaje a las víctimas del terrorismo de Estado realizado en Buenos Aires con motivo de la visita de los reyes de Noruega.
Por eso, "quien le llora, que sepa que llora a un genocida que se vanagloriaba de las muertes, sin dignidad y sin compasión por las víctimas enemigas", agregó.
Su hija Laura, entonces militante peronista de 23 años, fue secuestrada junto a su pareja cuando estaba embarazada y no fue hasta 36 años después cuando la activista pudo rescatar la identidad de su nieto, por lo que asegura que ella más que nadie comprende "el sentimiento de perder a un familiar que uno quiere".
En ese momento, Bignone era secretario del Estado Mayor del Ejército y operaba bajo el mandato de Jorge Rafael Videla (1976-1981) en el Colegio Militar de la Nación, donde jóvenes bonaerenses realizaban el servicio militar obligatorio.
Por crímenes de lesa humanidad cometidos entre 1976 y 1977 y juzgados más de treinta años después, Bignone fue condenado a prisión perpetua por numerosos delitos: robo de bebés, torturas, privaciones ilegales de la libertad y asociación ilícita.
Hoy se conoció la noticia de que el exgeneral murió en Buenos Aires por complicaciones de una operación quirúrgica en la cadera.
De Carlotto considera que la Justicia ha trabajado "caminando como tortugas" en los procesos judiciales que investigan los crímenes cometidos durante el período dictatorial y que "se perdió mucho tiempo" mientras represores como Bignone o el expolicía Miguel Etchecolatz "caminaban tranquilamente por la calle".
"Ahora, con esta nueva gestión de Gobierno (presidido por Mauricio Macri) quieren ponerlos en el lugar de pobres y viejos enfermos. Algunos lo estarán, nadie dice que no mueran en su casa si es posible, pero no hay que dejarlos ir como en el caso de Etchecolatz, que es como cualquier vecino", opinó la activista de 87 años.
En esta línea, se refirió a la "gran diferencia" que existe entre los crímenes actuales y los delitos de lesa humanidad, que "no son comunes sino que afectan a todo el mundo" y son "gravísimos", razón de más para que los acusados de haberlos perpetrado "no merecen ningún tipo de beneficio".
"Son violadores eternos de las leyes, sobre todo del derecho a la vida", concluyó. (I)