La factura de los disturbios que han sacudido a Londres y otras ciudades inglesas en los últimos días superará sin duda los 150 millones de libras (240 millones de dólares), por lo que el primer ministro británico  anunció ayer que la Policía dispondrá de más poderes para reprimir los actos de violencia.

Ante la Cámara de Comunes reunida en sesión extraordinaria, David Cameron dijo que los uniformados tendrán ahora el poder de quitarles las máscaras, pañuelos y otros capuchones a los sospechosos de actividades criminales.  Además, el premier anunció que su gabinete estudia la posibilidad de interrumpir las redes sociales durante los disturbios, publicó diario El País.

“Estamos trabajando con la Policía, los servicios de inteligencia y la industria para ver si estaría bien frenar a la gente que usa estas webs y servicios para comunicarse cuando sabemos que están incitando a la violencia, el desorden y la criminalidad”, manifestó el líder tory en el Parlamento.

Ante estos disturbios ocurridos en  Londres, Manchester o Birmingham, que han causado  cuatro muertos y 1.200 detenidos, las autoridades meditan las condiciones para aplicar un toque de queda, añadió el primer ministro conservador, quien no ha descartado recurrir al Ejército en el futuro. 

La Policía Metropolitana ha incrementado de 6.000 a 16.000 el número de efectivos desplegados en las calles de Londres. Y dicha cifra se mantendrá durante el fin de semana, resaltó Cameron.

Mientras tanto, en un comunicado, el Centro de Investigación para el Comercio Minorista (CRR), situó en al menos 80 millones de libras (130 millones de dólares) los ingresos no percibidos por los comercios cerrados durante los disturbios, que sacudieron  a  varias ciudades inglesas durante cuatro noches consecutivas.

Las operaciones de limpieza y las reparaciones de los comercios directamente afectados se cifraban el miércoles por la mañana en más de 60 millones de libras (97 millones de dólares) -que deberían ser, al menos parcialmente, reembolsados por las aseguradoras.

Por su parte, la Asociación de Aseguradoras Británicas (ABI) cifró la factura para el sector ampliamente por encima de los 100 millones de libras, e insistió en el carácter provisional de esta estimación, pero no dio detalles sobre estos cálculos.

El gremio de estas empresas subrayó que la evaluación de los daños se veía comprometida por las dificultades para acceder de momento al interior de los edificios saqueados.