Daniel Ortega, gana la reelección con el 72,5% de votos
Managua.-
El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, ganó junto con su esposa, Rosario Murillo, un tercer mandato consecutivo y se prepara para consolidar un poder absoluto, sin una oposición, mientras sus adversarios desconocen el resultado electoral y piden repetir la elección.
Con el 99,8% de los votos escrutados, el exguerrillero del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) arrasó en los comicios del domingo con 72,5% de los votos frente al 15% para un segundo lugar del candidato del derechista Partido Liberal Constitucionalista (PLC), Maximino Rodríguez, según el reporte del Consejo Supremo Electoral (CSE) emitido ayer.
En tercer lugar se sitúa el ganadero José del Carmen Alvarado, del Partido Liberal Independiente (PLI), con 5%, según el segundo informe preliminar leído por el presidente del Consejo Supremo Electoral (CSE), Roberto Rivas. En cuarto lugar se sitúa el pastor evangélico Saturnino Cerrato, con el 4,7%, de la Alianza Liberal Nicaragüense (ALN).
En quinta posición está el abogado Érick Cabezas, del Partido Conservador (PC), con 2,5% de los votos y en sexto y último lugar Carlos Canales, de la Alianza por la República (APRE), con 1,5%.
Un total de 4,34 millones de nicaragüenses fueron convocados este domingo para elegir a un presidente, un vicepresidente, 90 diputados ante la Asamblea Nacional y 20 diputados.
Miles de simpatizantes del presidente Ortega y Murillo salieron a las calles y plazas de Managua para celebrar su victoria.
Sin embargo la oposición de ese país advirtió que no acepta los resultados debido a una abstención “masiva” y exigió convocar nuevas elecciones con un tribunal electoral imparcial y la presencia de observadores internacionales.
“No reconocemos los resultados de esta farsa y con la fuerza de la voluntad manifestada por el pueblo de Nicaragua, las declaramos nulas”, manifestó la dirigente del opositor Frente Amplio de la Democracia (FAD), Violeta Granera.
El gobierno estadounidense también se mostró preocupado por el proceso electoral nicaragüense, que consideró “viciado”, y criticó la ausencia de observadores internacionales y el cierre de espacios a la oposición, según el portavoz adjunto del Departamento de Estado, Mark Toner.
La oposición calculó que la abstención fue de más del 70%, incluso en lugares donde el partido de Ortega tenía influencia, pero según el CSE fue de 31,8%.
Las leyes nicaragüenses no contemplan una participación mínima para validar una elección, por lo que el candidato que obtenga más votos gana la contienda.
Antes de las elecciones, grupos opositores llamaron a no sufragar para deslegitimar el proceso electoral, del que quedaron excluidos tras un fallo de la justicia que los despojó de la representación legal del Partido Liberal Independiente cuatro meses antes de los comicios.
La pareja presidencial
Los procesos electorales han estado dominados por Ortega, quien cumplirá 71 años el 11 de noviembre. El mandatario llevó a su esposa y mano derecha Rosario Murillo como candidata a la vicepresidencia, con quien ha cogobernado los últimos años.
Murillo, de 65 años, ha sido la portavoz del gobierno de Ortega, pero sus labores van más allá de la comunicación: controla la agenda oficial y ejerce una influencia en el gobierno que nadie se atreve a contradecir.
Militante sandinista desde la década de 1970 y madre de diez hijos, dos adoptados, esta excéntrica poetisa de 65 años es adorada por los simpatizantes de Ortega y apodada ‘bruja’ por los opositores.
La oposición acusa a Ortega de querer instaurar una nueva dinastía en el país similar a los Somoza, familia que rigió los destinos de Nicaragua entre 1934 y 1979.
Los retos
El analista político nicaragüense Cairo Amador manifestó en una entrevista para Telesur que los resultados de las elecciones demuestran que el Frente Sandinista sigue teniendo un fuerte apoyo social. Esto es el resultado de una política amplia de alianzas con sectores productivos y zonas sindicales que de alguna manera siguen teniendo una visión de desarrollo y crecimiento.
Amador afirmó que Ortega ha estado a la vanguardia y ha respondido a las necesidades, carencias y a las expectativas de la población.
El crecimiento económico durante el Gobierno sandinista contribuyó con la victoria de Ortega. El país presenta un crecimiento promedio de un 5,2% anual y añadió que instancias como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) coinciden en que la economía de Nicaragua marcha en la dirección correcta.
El próximo Gobierno de Ortega debe avanzar en temas relacionados con la administración pública, economía y desigualdad social. Amador resalta que “falta democratizar las instituciones públicas, dinamizar aún más la economía, un planteamiento más amplio para la inversión extranjera y aplicar políticas para romper la asimetría entre el campo y la ciudad”. (I)
DATOS
José Daniel Ortega Saavedra nació en el municipio de La Libertad, de Nicaragua, el 11 de noviembre de 1945; se desempeñó como presidente de Nicaragua de 1979 a 1990 y retomó la presidencia desde el 10 de enero de 2007.
Ortega es actual líder del partido Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), heredero del movimiento sandinista que derrocó a la dinastía Somoza del poder en Nicaragua en 1979.
Fue uno de los líderes más importantes del FSLN, formó parte del directorio que se hizo cargo del poder luego del triunfo de la Revolución Sandinista, la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional.
En los últimos años de la revolución sandinista (1978 y 1979), Ortega se refugió en Costa Rica, allí se unió con la también militante sandinista, Rosario Murillo, con quien se casó en 2005 y tuvo siete hijos. (I)
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La ALBA aplaude triunfo
Los países felicitan al líder sandinista
Los presidentes de Cuba, Raúl Castro, y de Venezuela, Nicolás Maduro, miembros de la Alianza Bolivariana de las Américas (ALBA), felicitaron a Daniel Ortega y Rosario Murillo por su triunfo electoral.
Ortega también recibió saludos de los gobiernos de El Salvador y México.
En la última década, Ortega acumuló poder político gracias a la conducción de su partido, una alianza con el sector empresarial y el apoyo de Venezuela, que le permitió un crecimiento económico de entre 4% y 5% en los últimos cinco años consecutivos.
Según datos oficiales, entre 2007 y el primer semestre de 2016, Nicaragua recibió casi $ 4.800 millones en préstamos blandos e inversiones de Venezuela, que fueron manejados fuera del presupuesto y sin fiscalización.
La mayor parte fue invertida en proyectos de energía, desarrollo del comercio, grupos empresariales, agricultura, construcción de viviendas y programas sociales que permitieron reducir la pobreza de 42,5% a 29,6% entre 2009 y 2014, según cifras del Banco Mundial. (I)