La crisis e inseguridad alimentaria deterioran educación en Venezuela
La crisis en el sector educativo en Venezuela se agudiza. La mayoría de las escuelas no solo presentan problemas de infraestructura y de servicios básicos, sino que los maestros aseguran no contar con un sueldo que les permita cubrir sus necesidades básicas.
Es por ello que la Federación Venezolana de Maestros convocó a un paro nacional de 24 horas, que se cumplió el jueves pasado en el país.
Después de 29 comunicados entregados a la Mesa de Negociación y Diálogo que los sindicalistas mantienen con el ministro de Educación, Aristóbulo Istúriz, los educadores aseguran que ya agotaron “todas las vías de conciliación y no se resolvieron los problemas”, dijo Orlando Alzuru, presidente de la Federación Venezolana de Maestros.
“El sueldo del trabajador tiene que estar acorde con la canasta básica familiar (…) el salario promedio de los educadores en Latinoamérica es de $ 650, exigimos que nos paguen el equivalente en bolívares a $ 600 (…) no es posible que estemos ganando menos de $ 2 mensuales, vivimos en pobreza extrema”, declaró Alzuru.
Ricarda Vaamonde es una maestra que da clases en una escuela pública ubicada en Propatria, una zona popular al oeste de Caracas. Sobrevive con $ 4 al mes. Con su último pago apenas pudo comprar un kilo de queso.
“El sueldo es pésimo. Nosotros antes podíamos comprar un par de zapatos y en la actualidad no lo podemos hacer. Vamos a la escuela sin comida. ¿Cómo podemos trabajar con hambre?”, dice mientras protesta frente al Ministerio de Educación.
En el último año Vaamonde se ha dedicado a la costura para poder sobrevivir: “Ya no podemos seguir yendo a la escuela sin comer, por eso, casi todos los docentes tenemos que buscar otros ingresos”.
Sánchez resaltó el apoyo del 90% de los representantes y personal administrativos de los establecimientos educativos al paro. “Tenemos miedo de seguir viviendo con este salario precario que no permite que un docente pueda ni siquiera comprar una cubeta con huevos”, agregó.
El deterioro
En Venezuela la educación se deteriora. De acuerdo con una encuesta de la ONG Con la Escuela, el 85% de las inasistencias de los estudiantes están relacionadas con la falta de servicios básicos.
La inseguridad alimentaria también afecta los colegios: 33,7% se queda sin recibir alimentos para los alumnos y profesores. En el caso del porcentaje restante, el abastecimiento es irregular y la variedad de los alimentos es deficiente.
Los maestros se resisten a renunciar para emigrar, aunque 172.000 lo hicieron en 2018, según datos de la Unidad Democrática del sector educativo.
Sobre el estado de las instituciones, Edith Artigas, otra docente de una escuela en el este de Caracas, resaltó que se encuentran cada día más deterioradas.
“Tienen los baños dañados. Contamos solo con uno que es utilizado por 600 estudiantes y más de 50 docentes, entre personal administrativo y obrero. Para entrar a este debemos hacer cola”.
La educadora, que gana poco más de $ 2 mensuales, asegura que deben recurrir a la venta de caramelos para poder sobrevivir.
A través del Centro de Comunicación Nacional, el gobierno encargado de Juan Guaidó envió su apoyo a los educadores, asegurando que “son clave en la construcción del futuro que merecemos”.
“¡Venezuela entera debe defender a los docentes! Luchemos por salarios justos para el maestro, escuelas que funcionen y programas de nutrición eficientes”, se lee en una de las publicaciones del Centro de Comunicación Nacional.
En agosto el Gobierno en disputa del presidente Nicolás Maduro anunció un plan de rehabilitación de 200 planteles educativos, con la intención -dijeron- de garantizar el funcionamiento de los mismos.
Aunque según la Subcomisión de Educación del parlamento venezolano, el año escolar inició en septiembre con un 87% de deserción, el Gobierno en disputa sostiene que el país registra más de un 90% de escolaridad.
La deserción
Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), más de un millón de niños en Venezuela están sin escolarizar como resultado de la crisis, mientras otros 3,2 millones de niños necesitan ayuda humanitaria.
“Es crucial que mantengamos a los niños en la escuela: entornos seguros donde puedan aprender, socializar e incluso acceder a servicios esenciales como la alimentación escolar”, dijo Herve Ludovic De Lys, representante de Unicef en Venezuela.
Funcionarios del organismo expusieron que las escuelas también brindan a los niños un sentido de normalidad que es vital dadas las dificultades que enfrentan muchas familias.
“Mantener a cada niño en la escuela es la inversión más poderosa, pero especialmente en tiempos inciertos como en Venezuela actualmente”, dijo Bernt Aasen, director regional de Unicef para América Latina y el Caribe.
“Cualquier niño en riesgo de abandonar la escuela hoy socava el futuro del país mañana. Venezuela simplemente no puede permitirse esto en este momento”, enfatizó.
En septiembre, el organismo solicitó $ 70 millones para satisfacer las necesidades urgentes de niños, adolescentes y mujeres embarazadas en Venezuela.
Hasta ahora, -informó-, solo se ha recibido el 9% de la financiación requerida. (I)