¿Cómo afectará el enfrentamiento bélico entre Rusia y Ucrania en los precios del petróleo en Latinoamérica?
El precio del petróleo alcanzó su valor máximo en siete años, este miércoles 24 de febrero del 2022, por temor a que la crisis interrumpa el suministro global. El barril del Brent, un referente internacional, llegó a los $99,38.
El alza se debe, entre otros motivos, a las sanciones que Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Europea le están imponiendo a Rusia y que podrían afectar el suministro de crudo proveniente de este país. Rusia es un actor clave en la producción de petróleo: es el segundo mayor exportador después de Arabia Saudita.
“Rusia distribuye uno de cada 10 barriles de petróleo consumidos a nivel mundial (...). Realmente puede perjudicar a los consumidores en las gasolineras”, explica al medio BBC Maike Currie, directora de inversiones de Fidelity International y columnista del Finantial Times.
Las sanciones se intensifican luego de que el lunes 22 de febrero, el presidente ruso, Vladímir Putin, decidió reconocer a dos zonas rebeldes del este de Ucrania -Donetsk y Luhansk- como “repúblicas independientes”. Las potencias occidentales temen que esta declaración abra el camino a que las tropas rusas entren oficialmente en el este de Ucrania, país rodeado desde hace semanas por unos 190.000 soldados y artillería pesada de Rusia.
Entre las posibles medidas, Occidente también prohibiría que países y empresas compren petróleo a grandes gigantes energéticos rusos, como Gazprom o Rosneft. Si eso sucediera, diversos expertos anticipan que el precio del barril podría superar fácilmente los 100 dólares en los próximos días.
¿Qué efectos tiene esta escalada de los precios del crudo en América Latina?
El incremento del precio del petróleo amenaza con aumentar aún más el “frenazo económico” que se está viviendo en buena parte del mundo tras la pandemia. Y América Latina no es la excepción: varios países de la región ya están viendo serios impactos en sus perspectivas de crecimiento y un aumento de la inflación.
“Un mayor precio en el petróleo va a tener implicancias tanto del lado de la oferta como de la demanda. Existen envíos muy limitados de crudo ruso a la región latinoamericana, pero evidentemente cualquier disrupción en la oferta global tiene impacto en el resto de los crudos”, explicó Ixchel Castro, gerente para Latinoamérica de Petróleos y Mercados de Refinación de la consultora Wood-Mackenzie, a la BBC.
En este contexto, para los países productores de petróleo, como Ecuador, que el precio del crudo suba no es necesariamente una buena noticia para todos los productores de América Latina. Brasil y México son los principales productores en el continente, mientras Venezuela, Ecuador, Colombia y Argentina también producen, aunque en menor medida.
“Para ellos, es bueno que el precio suba, pero en realidad no lo es tanto”, refirió Fernando Valle, analista sénior de petróleo y gas de Bloomberg Intelligence en Nueva York. “Porque, aunque no es positivo tener un precio muy bajo, cuando asciende por arriba de los $80 el barril, es un problema muy grande, por la inflación de precios para el consumidor”.
“Por más que empresas estatales como Petrobras (Brasil) o Pemex (México) tengan más dinero, no es suficiente para poder reducir el impacto hacia el consumidor. Y para los Gobiernos es muy importante que no suban tanto los precios”, agregó.