Desde el siglo XVIII los mercaderes británicos se lucraban con el trabajo de más de tres millones de esclavos
Coalición demanda a Gran Bretaña
Una coalición de 14 estados países, incluida Jamaica, Antigua y Granada, lanzó una campaña legal de “reparación financiera” contra el Reino Unido, para exigirle a Londres que pague miles de millones de dólares en compensación por los abusos y la tragedia histórica de la esclavitud.
El grupo está listo para llevar su caso a las cortes británicas y contrató al prestigioso bufete de abogados Leigh Day, con sede en Londres, para que quede a cargo de la megacausa, que podría tener enormes consecuencias. La firma de juristas ganó el año pasado un caso por 20 millones de libras esterlinas (unos 33,4 millones de dólares) de compensación para keniatas torturados por los británicos en la rebelión Mau Mau de la década del 50.
Este mes, la coalición presentará una lista de 10 demandas, principalmente hacia Gran Bretaña, pero también contra Francia y Holanda, por compensación de miles de millones de dólares, una disculpa pública y garantías de que la esclavitud nunca más ocurrirá.
La profesora Verene Shepherd, presidenta del Comité de reparaciones financieras de Jamaica, dijo que los colonos británicos “desfiguraron el Caribe” y agregó que los descendientes de esclavos “deben pagar para reparar el daño causado”. “Si se comete un crimen de lesa humanidad, hay que pagar el precio”, afirmó Shepherd al periódico Sunday Telegraph. “Aunque los terratenientes recibieron compensación (tras el fin de la esclavitud en el siglo XIX), no se dio ningún centavo a los jamaiquinos liberados”, agregó.
Desde el siglo XVIII, los mercaderes británicos lucraron con más de tres millones de esclavos desde África a las Américas, encabezando un comercio que había comenzado con los holandeses y portugueses.
De acuerdo a una reciente investigación de la Universidad de Birmingham, Inglaterra amasó 4 billones de libras esterlinas (6,7 billones de dólares) por trabajos no pagados a esclavos en la región del Caribe y esos beneficios se utilizaron para financiar la construcción de la Gran Bretaña moderna.
Una de las personas que se sumó a la demanda es el jamaiquino Willie Thompson, cuyos antepasados fueron forzados a trabajar en la producción de caña de azúcar hace más de 180 años.