Representantes de la sociedad civil de Brasil reclamaron este martes 8 de mayo ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) justicia en el asesinato de la concejala Marielle Franco y el conductor que la acompañaba, Anderson Gomes, tiroteados en marzo pasado en el centro de Río de Janeiro.

Franco, que simbolizaba a las minorías en Brasil por su condición de mujer, negra, lesbiana y originaria de la favela de la Maré, fue asesinada en plena calle, en el centro de Río, cuando el automóvil en el que viajaba fue tiroteado desde otro vehículo, el pasado 14 de marzo.

El asesinato de Marielle Franco y Anderson Gomes es parte del contexto de violencia que vive Brasil, donde la "criminalización de movimientos sociales y de personas defensoras de derechos humanos se agrava, según la sociedad civil brasileña.

Los representantes de la sociedad civil denunciaron las deficiencias en la protección de defensores de los derechos humanos en Brasil, que -a su juicio- se reflejan en la criminalización de movimientos sociales y la falta de diligencia en las investigaciones.

Mónica Benicio, pareja de Franco, señaló que la concejala "se ha convertido en víctima del genocidio que denunciaba".
A su turno, la representación del Estado señaló que Franco "deja un legado atemporal en materia de derechos humanos" y reconoció que ambos asesinatos deben ser aclarados.

La CIDH, por su lado, subrayó la situación por la que atraviesan defensores de derechos humanos en ese país, donde, según el comisionado Francisco José Eguiguren Praeli, unos 60 defensores de los derechos humanos fueron asesinados en 2017, "una cifra alarmante".

El caso de Marielle Franco formó parte del segundo día de audiencias públicas que la CIDH celebra esta semana en Santo Domingo en el marco de su 168 Periodo de Sesiones.

La CIDH abrió el lunes una semana de audiencias públicas en Santo Domingo cuya agenda incluye audiencias sobre Argentina, Bahamas, Brasil, Colombia, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua y Venezuela. (I)