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China desplaza a EE.UU. y explorará petróleo en Brasil

China desplaza a EE.UU. y explorará petróleo en Brasil
23 de octubre de 2013 - 00:00

Brasil subastó su mayor yacimiento de crudo hallado hasta el momento: el Campo de Libra, con reservas de 12.000 millones de barriles y cuyo lucro, estimado en 300 billones de dólares en 35 años, será destinado a la educación y la salud.

El golpe geopolítico de esta licitación del megacampo petrolero submarino es que por primera vez China con dos empresas estatales, la China National Petroleum Corporation (CNPC) y China National Offshore Oil Corporation (CNOOC), forma parte con el 20% del conglomerado del consorcio vencedor de la subasta, que está liderado por la estatal brasileña Petrobras,que tendrá el 40% de la operación e incluye a la angloholandesa Shell (20%) y la francesa Total (20%).

Estados Unidos, en crisis con Brasil tras el espionaje al gobierno de la presidenta Dilma Rousseff, no participó ya que Chevron y Exxon anunciaron que no estaban interesados.

Para el gobierno de Rousseff, el ingreso de China como un player que reemplace a los estadounidenses es un motivo de “honra”, según dijo el ministro de Minas y Energía, Edison Lobao.

DATOS

El gigantesco Campo de Libra tiene 1.500 km2, está situado en la cuenca de Santos, a 183 km de las costas de Río de Janeiro.

Se calcula que las reservas en la zona son de entre 8.000 y 12.000 millones de barriles de crudo y que la producción estimada llegue a los 1,4 millones de barriles diarios en cinco años, lo cual duplicaría la actual producción del país.

El contrato
de explotación es de 35 años y se espera que la primera producción de petróleo sea en 2019, debido a las dificultades técnicas que presenta la zona.

Para extraer
petróleo del campo de Libra se necesitarán inversiones de unos 100.000 millones de reales (46.000 millones de dólares) y de 12 a 18 plataformas y cerca de un centenar de barcos de apoyo y transporte del crudo.
El gobierno subastó el Campo de Libra, ubicado bajo el océano Atlántico, en la capa geológica presal, a 150 kilómetros de la costa de Sao Paulo y Río de Janeiro, el primero del petróleo del presal, descubierto en 2007 bajo el gobierno de Luiz Lula da Silva y que inaugura el fin de la política de regalías y aplica la división de ganancias debido al alto grado de calidad del hidrocarburo.

Las empresas deberán pagar en 30 días un bono inicial de unos 7.500 millones de dólares y deberán entregar el 41,65% de la producción al Estado. Según la directora de la Agencia Nacional del Petróleo, Magda Chambriard, el Estado deberá recibir un 80% en concepto de impuestos y de la ganancia de Petrobras.

Pero antes del anuncio oficial realizado en un hotel del barrio Barra de Tijuca, el más exclusivo de Río de Janeiro, unas 2 mil personas convocadas por partidos opositores de izquierda se congregaron para protestar bajo la consigna “el Petróleo es nuestro”, la misma enarbolada en 1952 por el entonces presidente Getulio Vargas cuando logró crear la estatal Petrobras.

El gobierno militarizó la zona y no dejó que los manifestantes se acercaran al hotel. Grupos autodenominados anarquistas black blocs agredieron a policías y a periodistas. Cinco personas resultaron heridas por balas de goma disparadas por la policía en Río de Janeiro. El sindicato de petroleros se encuentra en huelga para reclamar que Petrobras asuma toda la operación de los pozos.

La nueva frontera petrolera brasileña incluye una extracción máxima de 12 mil millones de barriles en el Campo de Libra, el 70% de todo lo producido por Brasil en su historia, lo que otorgará caja al presupuesto educativo para que alcance el 10% del PIB, contra el 6% actual. “No queremos la enfermedad del petróleo, que es convertirnos en dependientes de una sola riqueza”, dijo hace dos semanas Rousseff sobre el volumen de dinero que habrá en el gobierno con los megayacimientos.

El modelo utilizado en el Campo de Libra otorga prioridad a Petrobras, que recibió la mayor capitalización de la historia mundial en 2010, y que debe comandar el conglomerado vencedor de Shell, Total, y las chinas CNPC y CNOOC. Este modelo reemplaza al de concesiones con 15% de regalías que había aplicado el gobierno de Fernando Henrique Cardoso (1995-2002).

Además de esta ventaja estratégica, el petróleo en la Cuenca de Santos es el foco de la nueva política estratégica de defensa de Brasil, que para 2020 fabricará su primer submarino a propulsión nuclear con tecnología transferida por Francia, como patrulla de sus 8 mil kilómetros de costa.

Analistas del mercado financiero explicaron que las acciones de Petrobras subieron 5% porque ganó confianza el proyecto con el ingreso de Shell y Total, ya que los rumores de las últimas horas prácticamente hablaban de un bloque Brasil-China, sin presencia de empresas privadas.

China, que desde 2009 reemplazó a Estados Unidos como principal socio comercial de Brasil, logró desembarcar en la nueva joya petrolera mundial de la mano de una política brasileña que puso énfasis en el grupo Brics (que además integran Rusia, India y Sudáfrica), al cual está apoyando con más énfasis luego de la crisis de espionaje con Estados Unidos, que causó la cancelación del viaje que la gobernante brasileña debía hacer justamente hoy, el 23 de octubre, a Washington.

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