Una competencia anual causa revuelo en Nueva Zelanda, pues cuenta con una nueva categoría, la infantil, cuyos participantes podrán ganar hasta 250 dólares para el primer premio para quien logre matar más gatos salvajes.

Según el diario Stuff, la competición, y la inclusión de niños en ella, provocó que varias personas se comuniquen con la Sociedad Real para la Prevención de la Crueldad contra los Animales de Nueva Zelanda para intentar detener la competencia que ya inició en la región de Canterbury.

Dicha entidad declaró estar “extremadamente preocupada” porque sostienen que es, prácticamente, imposible diferenciar a simple vista a un gato salvaje de un gato casero o un gato callejero. Además, señala el hecho de que la posibilidad de que los jóvenes cazadores puedan usar rifles de aire comprimido aumenta la probabilidad de que los animales sufran una muerte prolongada, dolorosa y angustiosa.

Según el portal de noticias RT, “Se señala que la competencia es un evento periódico para recaudar fondos para una piscina y una escuela en la localidad de Rotherham. El año pasado atrajo más de 900 participantes y los jóvenes cazaron diferentes animales, tales como zarigüeyas, patos, liebres, conejos, ratas y gansos”.

Por su parte, el Departamento de Conservación de Nueva Zelanda señala que los gatos salvajes tienen un gran impacto en la vida silvestre, pues son depredadores de diferentes especies, incluidas las que se encuentran en peligro de extinción.

Los organizadores del evento no quisieron pronunciarse sobre el tema. Por parte de usuarios de redes sociales, se calificó a la competición como escalofriante y extremadamente cruel con la fauna regional.