Cataluña, a la espera de las órdenes de Puigdemont
El futuro político de Cataluña, bajo control del gobierno español desde hace seis meses, está en manos del expresidente independentista Carles Puigdemont que, desde Alemania, debe decidir si designa un sucesor o lleva a la región a unas nuevas elecciones.
El destituido presidente catalán, que desconcertó al mundo en octubre al suspender durante más de dos semanas la declaración de independencia, que sopesó convocar elecciones para evitar el choque con Madrid y finalmente abandonó España mientras algunos compañeros entraban a prisión, es el referente indiscutible del separatismo.
Desde Alemania, pendiente de un proceso de extradición a España, mueve los hilos de la investidura, indiferente a los llamados de los principales partidos nacionalistas y del gobierno español para que dé un paso al lado y permita la formación de un gobierno en esta región controlada por Madrid desde finales de octubre.
"Quien tiene la sartén por el mango ahora mismo es Carles Puigdemont", afirma a la AFP el politólogo alemán de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona Klaus-Jürgen Nagel.
"Todo el mundo está pendiente de Alemania porque ningún acuerdo para formar gobierno es posible sin la aquiescencia de Puigdemont", coincide su colega de la Universidad Autónoma de Barcelona Oriol Bartomeus.
El sábado, Puigdemont reúne a los diputados de su grupo parlamentario Juntos por Cataluña en Berlín, un encuentro en el que se espera que revele su próximo movimiento.
El tiempo empieza a escasear: si el 22 de mayo no se ha escogido un nuevo presidente catalán, deberán celebrarse unas nuevas elecciones regionales que pondrían en peligro la mayoría absoluta obtenida por los independentistas en diciembre.
Los dos principales partidos independentistas, el conservador PDECAT y el progresista ERC, rechazan este escenario, sin embargo Puigdemont, perteneciente al primero pero con una estrategia diferenciada, no descarta esta opción.
"Si Puigdemont no acepta que se invista a otro presidente, no habrá investidura e iremos directos a nuevas elecciones", afirma Bartomeus.
Y renunciar para él "es muy difícil", asegura este politólogo. Por un lado, porque si lo hace "no le queda más papel político", y por otro, porque "significaría cierta traición a sus militantes".
La principal promesa electoral de Juntos por Cataluña, grupo formado por independientes fieles a Puigdemont y miembros del PDECAT, fue llevarlo de nuevo a la presidencia regional de la que fue destituido por el gobierno español tras la fallida declaración de independencia.
Esto convirtió a esta candidatura en la más votada dentro del bloque independentista, superando a ERC, y dio las riendas de la investidura a Puigdemont, a quien muchos daban por terminado tras marcharse a Bélgica antes de ser imputado por rebelión en España.
"De alguna manera se ha subestimado a Puigdemont. Pero su estrategia, planeada o improvisada, ha sido un éxito", asegura Nagel.
Su sorpresiva detención en Alemania a finales de marzo acabó dándole réditos cuando la justicia alemana decidió no retener el cargo por "rebelión" contra él, el más grave y controvertido de los que conforman su orden de extradición.
"¿Pero qué posibilidades tiene el señor Puigdemont de ser escogido? Yo diría que muy pocas", afirma Nagel.
De hecho ya lo intentó en enero pero la sesión de investidura fue suspendida a última hora por orden del Tribunal Constitucional, que le obligaba a volver a España y entregarse ante la justicia antes de ser elegido.
Los dos siguientes candidatos designados por él mismo, Jordi Sánchez y Jordi Turull, tampoco pudieron ser investidos al ser dos de los nueve líderes independentistas en prisión preventiva por su participación en el intento de secesión.
Aun así, los independentistas quieren aprobar este viernes una modificación de la ley catalana para permitir un gobierno a distancia que, con casi total seguridad, terminará suspendida por el Tribunal Constitucional español.
"Creo que a última hora se decantarán por un candidato viable, alguien con un perfil más técnico que prometa ser leal a Puigdemont", augura Nagel. (I)