Capriles y Pérez, los opositores que suenan como rivales de Hugo Chávez
La oposición venezolana se enfrenta hoy en las urnas y medirá sus fuerzas en unas primarias inéditas que tienen como objetivo buscar al rival del mandatario Hugo Chávez en las presidenciales del 7 de octubre.
Según las encuestas, de los cinco precandidatos, agrupados en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), bloque de una veintena de partidos, dos lideran el tablero electoral: se trata de los gobernadores de los estados más poblados del país, Henrique Capriles Radonsnki, de 39 años (Miranda), y Pablo Pérez, de 42 años, (Zulia). Los diversos sondeos, que han sido publicados en las últimas semanas en Venezuela, coinciden en dar como ganador de la contienda a Capriles, con una ventaja de 15 a 20 puntos sobre su principal rival, Pérez. El tercer puesto lo ocupa la diputada María Corina Machado (44); el ex embajador Diego Arria y el ex dirigente sindical Pablo Medina, quienes entre todos capitalizan un 4% del voto.
Los analistas políticos venezolanos consultados por El Telégrafo coinciden también en que el gobernador de Miranda sería el futuro contendor de Hugo Chávez, pero le ponen matices a sus pronósticos.
Gabriel Reyes, profesor de Postgrado de la Universidad Católica Andrés Bello y especialista en Opinión Pública y Comunicación Política, afirma que Capriles y Pérez han sido los más favorecidos por las diferentes muestras consultadas en los estudios de opinión publicados a lo largo del proceso.
Sin embargo, Machado ha tenido un interesante repunte las últimas semanas captando el voto duro de quienes no se han manifestado políticamente a su favor, remarca.
De igual forma, el profesor precisa que Diego Arria aglutina el voto más frontal contra Hugo Chávez y, aunque tiene como “handicap” su edad y su asociación con un pasado que pareciera los electores rechazan, mantiene un discurso diferente al resto de sus adversarios y espera por el apoyo en las urnas. “Medina no tiene ningún chance, ya que representa al sector de los trabajadores, que a su vez se encuentra fragmentado, y donde él nunca ha tenido relevancia protagonista como para reagruparlos”, asegura.
Venezuela es un país que no tiene una larga tradición de primarias y esta es la primera vez que la oposición, tradicionalmente fragmentada en el pasado, realizará unos comicios abiertos para elegir al candidato que competirá con el gobernante de turno.
Desde Caracas, Farith Fraija Norwood, politólogo de la Universidad Central de Venezuela y magíster en estudios latinoamericanos, considera que las primarias son un esfuerzo de la oposición por escoger vía el voto de sus militantes, a un conjunto de candidatos a diversos cargos en los ejecutivos y legislativos nacional (excluyendo diputado a la Asamblea Nacional), regional y local.
La motivación central de la oposición -destaca- es la convicción de que, por separado, ningún partido tiene los suficientes votos para vencer al presidente y sus candidatos. “Es el reconocimiento más explícito de la superioridad política del PSUV (Partido Socialista Unido de Venezuela) y su líder más emblemático, Hugo Chávez”, destaca.
Fraija analiza que el escenario electoral opositor está absolutamente polarizado, y el elector opositor racionalizará su voto buscando apostar al ganador (economía del voto). Los candidatos con mayor opción son Pérez y Capriles, cuyos potenciales triunfos dependerán en gran parte de la capacidad de movilización y participación en el día de las elecciones, añade el magíster.
Un escenario con baja participación -explica el catedrático- favorece a quien cuenta con las maquinarias electorales, que es Pérez, mientras que una alta participación favorece a Capriles, cuya estrategia ha sido seducir al votante espontáneo. “En Venezuela en diversos momentos ambas estrategias han sido eficientes”, resalta.
John Magdaleno, politólogo y profesor de la Universidad Simón Bolívar, quien califica a estas primarias como inéditas porque son las primeras en seleccionar a un candidato que va a competir contra el presidente, afirma que Capriles lidera las preferencias electorales, pero no desde ahora sino desde que anunció su precandidatura el año pasado.
Magdaleno manifiesta que algunos factores configurarían el triunfo del gobernador de Miranda, entre ellos la valoración positiva de su gestión como alcalde del municipio caraqueño de Baruta y ahora como gobernador; y el hecho de que en 2002 haya ido a la cárcel.
El ex diputado fue acusado de participar en un ataque contra la Embajada de Cuba durante el golpe de Estado que logró despojar brevemente del poder al mandatario Hugo Chávez en abril de 2002, pero luego fue declarado inocente.
Se suma un episodio más: una foto en la que se ve al candidato del partido Primero Justicia con el agua a la cintura y rodeado de algunos damnificados de las inundaciones en diciembre de 2010 en Venezuela.
El analista político destaca, entonces, que esa imagen causó mucho impacto, porque al final la disputa de fondo tiene como público objetivo a los más pobres y los niveles de aprobación y de popularidad que tiene el presidente Chávez se deben, básicamente, al hecho de que una buena parte del estrato más desposeído piensa que lo ha incorporado por intermedio de los programas sociales y que para el gobierno ellos son una prioridad.
“Por supuesto que eso no es fortuito, detrás de esa imagen tiene que haber habido una operación política y de comunicación con una clara intencionalidad”, comenta.
El PhD en Ciencias Políticas y profesor titular de esta materia en la Universidad Simón Bolívar, José Carrasquero, coincide con Magdaleno en que Henrique Capriles se muestra favorito para ganar las elecciones debido a su dilatada carrera política. A juicio de Carrasquero, el apoyo que Leopoldo López, quien renunció a ser precandidato presidencial, le dio al gobernador de Miranda potencia de forma importante su oportunidad de ganar las primarias.
Sin embargo, el también experto en campañas electorales resalta a El Telégrafo que el gobernador del Estado de Zulia, Pablo Pérez, tiene también chance por sus atributos políticos y cuenta con el apoyo de partidos importantes de la oposición que le brindan estructura de promoción y búsqueda de votos.
El registro electoral
Alrededor de 7.800 mesas repartidas en 3.800 centros de votación han sido instaladas en el país para esta jornada, a la que la Mesa de la Unidad Nacional prevé que asistan cerca de dos millones de votantes.
Sin embargo, estas primarias tienen una particularidad: aunque la MUD es la responsable de organizar los comicios, contrató los servicios del gubernamental Consejo Nacional Electoral, CNE, por lo que cuenta con el soporte técnico y el registro electoral de esta entidad que son 18 millones de sufragantes.
Nicmer Evans, profesor de Teoría Política de la Universidad Central de Venezuela, cuestiona el proceso tras señalar que esto quiere decir que la oposición no tiene cuantificados a sus militantes por partidos políticos, lo que implica el hecho de que la gente que no simpatiza con la Mesa de la Unidad estará en el registro como si fuese militante de la organización. “Esto contradice el precepto constitucional que establece el hecho de que los candidatos de las organizaciones políticas deberán ser electas con la base de datos de cada organización”, enfatiza.
Además genera un desperdicio de recursos -critica Evans- en relación con lo que es la magnitud de la votación, la elaboración de cuadernos y la capacidad electrónica que exige un proceso “donde van a participar quizá no más de un millón 200 mil personas, pero utilizan una plataforma normal de 18 millones”.
Para el analista político, a esta hora el precandidato ganador, con base en los estudios de opinión, es Capriles, con una diferencia importante con su contendor más cercano que es Pérez.
Sin embargo, el experto en política considera que para los comicios presidenciales habría que esperar un poco la consolidación de esta campaña, porque actualmente hay una diferencia de veinte puntos entre el presidente Hugo Chávez y la oposición sin nombre todavía.
Evans analiza que será difícil ganarle al mandatario, porque, aunque haya un repunte de la oposición como consecuencia de la concentración de esfuerzos, remontar veinte puntos en ocho meses desde la perspectiva electoral es difícil, tendría que suceder algo extraordinario en el transcurso para que “el candidato de oposición pueda remontar esa cuesta tan empinada”.