Campaña electoral española termina marcada por crisis
La campaña electoral española que duró dos semanas cerró ayer en medio de una crisis de la deuda, cuya prima de riesgo llegó a los 503,5 puntos, un nuevo récord. Los comicios generales se realizarán mañana.
Sin embargo, el diferencial entre la deuda española y la alemana se estrechó ayer al cierre del mercado hasta los 441 puntos básicos frente a los 460 puntos del jueves, animada fundamentalmente por las nuevas compras del Banco Central Europeo. Este nuevo récord desde la creación del euro de la prima de riesgo española muestra las tensiones que han afectado al mercado de la deuda estos últimos días.
El gobierno español expresó, por su parte, que el incremento de la prima de riesgo de España no está justificado por los fundamentos de la economía del país sino que se debe a las tensiones en los mercados, y aseguró que no hay ninguna preocupación sobre la sostenibilidad de la deuda.
La vicepresidenta y ministra de Economía, Elena Salgado, manifestó ayer que lo que está ocurriendo con la deuda española estos días se debe a un contagio, a una situación de tensión (en los mercados) que se ha ido extendiendo y que refleja una tensión sin precedentes.
Esta situación afecta ya a 12 de los 17 países que forman la zona del euro, destacó Salgado en la conferencia de prensa posterior a la reunión del Consejo de Ministros, en la que atribuyó también el encarecimiento de la deuda española -más de la mitad- a que el interés de la deuda alemana, con la que se mide, ha disminuido.
Mientras se tranquilizaba esta tormenta, los candidatos cerraban sus campañas electorales en Madrid y sus alrededores. El candidato oficialista del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Alfredo Pérez Rubalcaba, convocó a sus simpatizantes en Fuenlabrada, municipio situado al sur de Madrid; mientras que su contrincante conservador del Partido Popular (PP), Mariano Rajoy, y posible ganador según las encuestas, lo hizo en la capital.
El aspirante socialista a La Moncloa realizó su mitin en el Pabellón Fernando Martín de la localidad madrileña de Fuenlabrada.
Previo a ello, Rubalcaba visitó Andalucía, principal granero de votos del PSOE con dos paradas en Huelva (la capital y Punta Umbría), una en Lebrija (Sevilla) y una en Jerez de la Frontera (Cádiz).
El candidato del PSOE aprovechó para volver acusar a Rajoy de utilizar la crisis de la deuda como principal instrumento de esta batalla política e insistió en que solo los socialistas pueden parar “el poder absoluto de la derecha”.
“A esta derecha solo se la para con un PSOE fuerte. Hay que concentrar los votos de la izquierda, porque una izquierda fracturada y fragmentada es una izquierda débil, que no va a poder defender los derechos de los trabajadores frente a esta derecha dura, la más dura de Europa”, afirmó el ex ministro del Interior en un discurso pronunciado en Punta Umbría (Huelva, sur del país). Rubalcaba aludió al fantasma de una derecha que, dijo, podría acaparar “un poder absoluto” si gana mañana las elecciones.
El postulante presidencial del PP, en cambio, cerró su campana en el Palacio de los Deportes de Madrid, tradicional escenario de conciertos y celebraciones culturales y deportivas y con un aforo de 15.000 personas, como ya hiciera en el último día de campaña de las municipales y autonómicas.
Pero al igual que Rubalcaba, el aspirante conservador a la Moncloa estuvo en Huelva, donde en un mitin pidió “un apoyo masivo” el domingo para lanzar un mensaje de confianza a Europa, a los mercados y “a los de la prima de riesgo” de la deuda de España, que ha alcanzado en las últimas jornadas unos niveles muy peligrosos y desconocidos hasta ahora.
“Nos han dejado tiesos”, expresó el presidente del Partido Popular, en referencia al estado de las finanzas españolas que queda tras el gobierno socialista.
Reconoció que si las urnas le confirman como próximo presidente del Ejecutivo español, habrá que adoptar decisiones que no serán fáciles, porque ya no es tiempo de frivolidades o de frases ingeniosas, que es lo que a su juicio ha caracterizado al actual gobierno del socialista José Luis Rodríguez Zapatero.