La Policía reprimió a los manifestantes
Brasileños alistan nuevas protestas contra Temer
Sao Paulo.-
A casi una semana de la destitución, por parte del Senado, de la expresidenta Dilma Rousseff, miles de militantes del Partido de los Trabajadores (PT) mantienen las protestas en Sao Paulo en contra del nuevo gobierno de Michel Temer, quien tras asumir el poder minimiza estas manifestaciones.
“¡Fuera Temer!” y “¡Elecciones directas ya!”, fue el grito repetido en pancartas y en las consignas de 100.000 manifestantes (cifra de los organizadores), que llenaron el domingo la neurálgica avenida Paulista de la capital económica de Brasil. Sostienen que la destitución es un “golpe” y están a favor de nuevas elecciones.
Aunque la convocatoria fue pacífica, al finalizar la marcha se registraron incidentes, sobre las 22:30 en la zona Largo da Batata, cuando, según testigos, la Policía Militar lanzó bombas de gas lacrimógeno y disparos de pelotas de goma para dispersar a los manifestantes.
Según la Secretaría de Seguridad del Gobierno del Estado de São Paulo, esa respuesta policial se justifica por los intentos de manifestantes de dañar los tornos de la estación de metro Faria Lima, aunque no hay pruebas de tales actos vandálicos. Incluso, Marina Novaes, periodista del diario El País, que estuvo en el lugar, contó en una publicación que no vio ningún torno destrozado ni acto de vandalismo.
Las agresiones policiales
Las críticas de los movimientos sociales de izquierda a la respuesta policial se acrecentaron ayer al detallarse que al menos 12 personas se vieron afectadas por la represión.
Según un recuento del Grupo de Apoyo a la Protesta Popular; 5 personas resultaron intoxicadas por el gas, 4 están heridos por impactos de artillería y 3 por pelotas de goma.
Diario El País agrega que un periodista de BBC Brasil fue golpeado en varias ocasiones por agentes a pesar de identificarse previamente como prensa. El medio también denunció que el fotógrafo Mauricio Camargo recibió el impacto de una bala de goma.
Ayer, el ambiente seguía caldeado después de que Temer minimizara las manifestaciones al señalar que a la convocatoria solo asistieron de “40 a 100 personas”.
También hubo manifestaciones en Río de Janeiro, Brasilia y en otras capitales, aunque no tan masivas como la registrada en Sao Paulo.
El inicio del malestar popular
Con 61 votos a favor y 20 en contra, el Senado destituyó el pasado miércoles a la expresidenta Dilma Rousseff. El abogado defensor, José Eduardo Cardozo, denunció que la medida es sin justa causa y que su derecho de defensa fue cercenado en diversas etapas del proceso.
Rousseff fue acusada de supuesta violación de la Ley de Responsabilidad Fiscal por dictar tres decretos sin autorización del Congreso que presuntamente manipularon las cuentas públicas de 2014 (año de su reelección) y de inicios de 2015. También fue acusada por atrasos en depósitos del Estado en la banca pública para costear diversos planes del Gobierno. La derecha sostiene que eso se convirtió en un crédito que generó luego costosos intereses.
Luego de la destitución definitiva del Senado, ya que Rousseff estaba apartada de su cargo desde mayo cuando comenzó la investigación, cientos de personas salieron a las calles para protestar ante el llamado golpe parlamentario.
Guilherme Boulos, del movimiento de los Sin Techo, que convocó a la marcha junto a otras organizaciones de izquierda denunció: “El presidente golpista de Brasil dijo que nuestra manifestación tendría 40 personas. Aquí están las 40 personas, ya somos casi 100.000 en la avenida Paulista”.
La manifestación se realizó en horas de la noche para no coincidir con el paso de la antorcha de los Juegos Paraolímpicos, que se celebrarán desde el miércoles y durante 3 días en Río de Janeiro, donde también se manifestaron 2.000 personas.
Las agrupaciones sociales programaron dos manifestaciones más contra Temer. (I)
DATOS
Los manifestantes, la mayoría, no están vinculados a ningún movimiento específico. Votaron por Dilma Rousseff en la elección
de 2014.
Dos manifestaciones más se programaron esta semana, los días 7 y 8 de septiembre. Para los asistentes, la represión policial del domingo puede tener un efecto boomerang contra Temer.
Amnistía Internacional denunció que en “un contexto de grave crisis política nacional y de polarización de la sociedad es fundamental que las autoridades municipales, estaduales y federales garanticen el pleno ejercicio del derecho de libre expresión y de manifestación pacífica, y que aseguren que las fuerzas de seguridad que vigilan las protestas no hagan uso excesivo o innecesario de la fuerza y de las llamadas almas no letales”. (I)