Doha.-

Los países en desarrollo, agrupados en la Red del Tercer Mundo, calificaron ayer de “débil” y “poco ambicioso" el borrador de acuerdo para la extensión del Protocolo de Kioto, que se estudiaba ayer en la última jornada de la cumbre sobre el cambio climático de Doha, capital del emirato árabe de Catar.

La representante de este grupo, Meenakshi Raman, señaló que “los países en desarrollo consideran que no debe haber flexibilidad para las partes que no participarán en el segundo compromiso de Kioto”.

Raman aclaró que el texto coordinado por Brasil y Noruega, que evaluaron los ministros ayer, “es muy preocupante y débil”, ya que propone una duración de ocho años para el segundo período de compromiso, “sin ambición”.

Este documento establece apenas un recorte de las emisiones de gases de 15%, lo que equivale a las emanaciones de la Unión Europea y Australia, cuando se esperaba que a nivel mundial se fijará al menos en 40%.

Raman explicó que el borrador tampoco  hace referencia a los derechos de propiedad intelectual en relación con la transferencia de tecnología para mitigación y adaptación. Raman criticó la postura de Estados Unidos, que ha dicho que no admitiría ninguna referencia a la propiedad intelectual en el texto.

Opinó que Estados Unidos “no puede jugar un papel constructivo en las negociaciones” y aventuró que las posturas de la Unión Europea, así como de algunos países que han abandonado Kioto, como Japón, Rusia o Canadá, siguen la estela estadounidense. Para la representante de la Red del Tercer Mundo, “todavía hay una oportunidad de luchar y la responsabilidad cae sobre los hombros de los países en desarrollo”.

En la última jornada de la cumbre también se analiza a contrarreloj, principalmente, los compromisos de la extensión de Kioto y las ayudas a prestar a los países en desarrollo para hacer frente al cambio climático.

En este segundo aspecto, el borrador de acuerdo sobre financiación, negociado por Maldivas y Suiza, insta a los países desarrollados a buscar soluciones viables para movilizar y ampliar el suministro de fondos para el clima hasta por lo menos $ 100.000 millones anuales desde ahora al 2020.