La construcción ha aumentado a su mayor nivel desde 2007
‘Boom Inmobiliario’ amenaza con poner freno a la economía inglesa
Gran Bretaña enfrenta un “boom inmobiliario” con precios astronómicos en las viviendas, situación que amenaza con poner freno a la rápida recuperación económica que se registra en el país.
Ante el incremento de los precios de las viviendas, principalmente en Londres y en el sureste de Inglaterra, cada vez son menos las jóvenes familias trabajadoras que pueden acceder al sueño de la casa propia.
La situación en la capital británica es más grave que en el resto del país, debido a la llegada de magnates y multimillonarios de muchas partes del mundo que deciden comprar mansiones y casas de lujo en la ciudad. Lo cierto es que este fin de semana, el gobernador del Banco (Central) de Inglaterra, Mark Carney, advirtió los peligros en la economía británica por el “boom” del mercado inmobiliario en el país.
Carney afirmó que ese mercado representa “la mayor amenaza” a la recuperación económica a largo plazo de Gran Bretaña y destacó que hay “problemas estructurales” que deben ser resueltos para solucionar la situación.
Este mes, un informe de la principal entidad hipotecaria del país, Nationwide, concluyó que el aumento anual de precios de casas británicas subió a 2 dígitos por primera vez en 4 años.
En los 12 meses hasta abril pasado, el precio de las viviendas en Gran Bretaña aumentó a 10,9%, la primera vez que llega a esa marca desde abril de 2010, y a su mayor ritmo desde junio de 2007.
La entidad informó que el precio promedio de una casa británica es ahora de 273.000 libras esterlinas ($ 460.000), el 8,9% más que hace un año y la cifra más elevada desde octubre de 2007. Los precios promedios de las viviendas en el país podrían aumentar a 446.00 libras ($ 752.000) hasta 2024.
El reporte también indicó que en los próximos 26 años, más de la mitad de los jóvenes de entre 20 y 34 años seguirán viviendo con sus padres en caso de que continúe la tendencia alcista en los precios de las casas. “Cuando analizamos los riesgos internos, el mayor riesgo en la estabilidad financiera, y por ende en la durabilidad y expansión de la economía, se centra en el mercado inmobiliario”, destacó Carney.
Según el directivo, el problema fundamental es la falta de nuevas viviendas “y el Banco de Inglaterra no tiene una solución para ello”.
Carney indicó que asegurará que los bancos cuenten con suficiente capital para soportar los riesgos que conllevan los préstamos, y que controlen los procedimientos de préstamos para que se otorguen hipotecas solo a aquellos que pueden pagarlas.
“No hay suficiente cantidad de casas que se construyen en Gran Bretaña. En Canadá, por ejemplo, hay la mitad de población que en el Reino Unido, pero se construye el doble de cantidad de casas cada año. En Gran Bretaña nosotros no podemos influenciar en eso”, agregó.
Sir Jon Cunliffe, uno de los vicegobernadores del Banco de Inglaterra, expresó su preocupación por una potencial “burbuja inmobiliaria” en el país. En tanto, David Blanchflower, exmiembro del Comité de Políticas Monetarias del Banco, sostuvo que el “boom inmobiliario” en Gran Bretaña “amenaza la estabilidad”.
Sin embargo, el ministro para la Vivienda, Kris Hopkins, desestimó que el país atraviesa una crisis del sector inmobiliario y dijo que desde 2010 “cuando el gobierno heredó un mercado inmobiliario quebrado, las autoridades trabajan para resolver los problemas inherentes al sector”.
“Hemos construido unas 170.000 viviendas económicas y pusimos a disposición nuevas casas. Ayudamos a nuevos compradores a obtener su primera propiedad. El nivel de actividad de la construcción ha trepado a su mayor nivel desde 2007 y sigue creciendo”, declaró Hopkins.
Agregó que el próximo año se esperan construir otras 200.000 viviendas. “Todo esto es una clara evidencia acerca de que el plan económico a largo plazo del Gobierno funciona”, subrayó el funcionario conservador.
La economía británica ha crecido más rápido que en el resto de los países industrializados, que benefició al mercado inmobiliario, que hizo caer los niveles de desempleo y bajó el índice de inflación. De todos modos, muchos trabajadores británicos luchan para lidiar con los efectos de 5 años de austeridad y continúan con problemas para llegar a fin de mes con su sueldo.