El presidente Jair Bolsonaro envió en la madrugada de ayer tropas federales a Manaos, capital de Amazonas, tras las masacres ocurridas en cuatro presidios que dejaron 55 reos muertos.

La Secretaría de Administración Penitenciaria, de la gobernación de Amazonas, informó en la noche del lunes que el número de muertos ascendió a 55, lo que corrigió la cifra de 57 dada horas antes.

Quince fallecieron el domingo en un enfrentamiento entre reclusos en el Complejo Penitenciario Nelson Jobim y 40 cuerpos se encontraron ayer en esa y otras tres cárceles: el Instituto Penal Antonio Trinidad, Unidad Prisional Puraquequara y Centro de Detención Provisoria Masculina.

La “rápida” intervención de los agentes penitenciarios “evitó una tragedia más grande”, declaró el gobernador de Manaos, Wilson Lima, a radio CBN, del grupo Globo.

Los cuerpos hallados el lunes pertenecían a hombres  asfixiados en las celdas por adversarios, informó Vinicius Almeida, titular de la Secretaría de Administración Penitenciaria.

“Tenemos un sistema de cámaras internas así que vamos a identificar a todos los que participaron en estos hechos”, añadió Vinicius.

Efectivos de la Fuerza de Tareas de Intervención Penitenciaria fueron enviados ayer a Manaos, respondiendo al pedido del gobernador Lima, informó el ministro de Justicia y Seguridad Pública federal, Sergio Moro.

“Vamos a poner a disposición celdas en los presidios federales para que sean transferidos los líderes involucrados en estas masacres”, reportó Moro a través de Twitter.

La crisis iniciada este domingo estaría motivada en la disputa de facciones de la organización La Familia del Norte, que controla el narcotráfico en la zona, consignó  el diario Estado de San Pablo.

En enero de 2017 se desató una revuelta en la cárcel Jobim con un saldo de 56 muertos, tras lo cual hubo una cadena de levantamientos en presidios de Amazonas y otros estados de la región amazónica que dejaron 126 muertos.

A lo que se sumó la fuga de decenas de internos, algunos    aún permanecen prófugos.

El mismo año, el Ejército decomisó en 31 prisiones  10.882 armas, lo que equivale a una por cada dos reclusos.

Mientras tanto, familiares de los detenidos aguardaban informaciones sobre la situación de los sobrevivientes en el complejo Jobim y demandaron la presencia de organizaciones de derechos humanos.

En la tarde los familiares bloquearon la carretera BR 174 en señal de protesta. La medida fue levantada por la Policía Caminera Federal.

Brasil tiene la tercera mayor población carcelaria del mundo con 726.712 presos, según datos oficiales. (I)