Ciudad del Vaticano

En la primera aparición pública tras su renuncia,  Benedicto XVI explicó ayer a peregrinos que deja el trono de Pedro “por el bien de la Iglesia” y pidió que oren por su sucesor, que será elegido en un cónclave a partir de mediados de marzo. “Como saben, he decidido renunciar al ministerio que el Señor me encomendó el 19 de abril de 2005. Lo he decidido con plena libertad, por el bien de la Iglesia, después de haber rezado mucho y de haber examinado ante Dios mi conciencia”, dijo.

La prensa italiana atribuye la renuncia del Papa a los escándalos que  han envuelto al Vaticano en los últimos meses, como los Vatileaks  y los casos de curas pedófilos. El Papa admitió ser “profundamente consciente de la gravedad de tal gesto”, pero reiteró “no tener ya la capacidad de ejercer el ministerio petrino con el vigor que el mismo requiere”.

Abandonará su cargo el 28 de este mes. El cónclave para elegir a su sucesor comenzará entre el 15 y el 19 de marzo, anunció el portavoz del Vaticano, padre Federico Lombardi. “El cónclave no se puede iniciar antes del 15 de marzo, podría comenzar el 15, 16 ,17, 18 o 19”, precisó Lombardi al citar las normas del Código Canónico, que prevén que se celebre entre un “mínimo de 15 días y un máximo de 20” después de que el Santo Padre abandone el cargo.

“Sigan rezando por el futuro papa y por la Iglesia”, pidió el Papa ante unos 3.500 fieles de todas las nacionalidades congregados en la sala Pablo VI del Vaticano durante su penúltima audiencia general, la 346ª, que presidió normalmente.

El Vicario de Cristo prosiguió sus actividades en la tarde, presidiendo la misa del Miércoles de Ceniza en la basílica de San Pedro, en compañía de numerosos cardenales y obispos de la Curia Romana.

El miércoles 27, un día antes de su renuncia, el Papa dirá adiós a los fieles en la Plaza de San Pedro, donde se espera la presencia de miles de personas.

Papables latinoamericanos

Mientras tanto, los expertos eclesiásticos han empezado a barajar una docena de nombres de papables para tomar el cargo de Sumo Pontífice número 266, de los cuales casi la mitad son latinoamericanos.

Entre los nombres que más resuenan en los pasillos y la prensa especializada de la Santa Sede está el del arzobispo de Milán, el italiano Angelo Scola, quien dirigió la fundación que promovió el entendimiento entre musulmanes y católicos, y  el ganés Peter Kodwo Appiah Turkson, actualmente ministro de Relaciones Sociales.

Mientras el franco-canandiense Marc Oullet, que dirige la Congregación de Obispos y quien en el pasado tuvo una estrecha relación con América Latina, también tiene fuertes posibilidades.

Además, cinco nombres son citados entre los posibles papables latinoamericanos, el salesiano hondureño Óscar Andrés Rodríguez, de 70 años, que dirige Caritás Internacional, conocido por posiciones progresistas en lo social, pero conservadoras en aspectos de fe.

También se menciona al cardenal y arzobispo de Sao Paulo, Odilo Pedro Scherer y al ex arzobispo de Brasilia, João Braz de Aviz.

Otro nombre en la baraja es el del italiano-argentino Leonardo Sandri, prefecto de la congregación para las Iglesias Orientales y el arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, quien en 2005 peleó voto a voto el sillón papal con el entonces cardenal Joseph Ratzinger; pero ahora  testimonios que lo señalan como colaborador activo de la represión durante las dictaduras empañan su figura.    

Sin embargo, para el sociólogo y experto en la Iglesia Católica de América Latina, Bernardo Barranco, los candidatos latinoamericanos tienen pocas posibilidades y probablemente se elija un papa italiano o en todo caso uno europeo. Agregó que la única sorpresa sería si el próximo sumo pontífice viene de África o Canadá.