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Ecuador, 24 de Diciembre de 2024
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Bali, en alerta máxima por el volcán Agung

Los hindúes balineses rezan cerca del monte Agung con la esperanza de evitar una erupción volcánica en la aldea Muntig, en Bali.
Los hindúes balineses rezan cerca del monte Agung con la esperanza de evitar una erupción volcánica en la aldea Muntig, en Bali.
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Las autoridades indonesias decretaron la alerta máxima ayer en la isla de Bali, donde   evacuaron a 100.000 personas amenazadas por el riesgo de la erupción del volcán Agung, que lleva días rugiendo y liberando humareda gris.

“Se subió el nivel de alerta por el volcán al máximo”, declaró ayer en la mañana un alto responsable del Centro Nacional de Vulcanología de Indonesia, Gede Suandika.

“Se han sentido temblores permanentes”, agregó.

Unas 40.000 personas ubicadas cerca del volcán  abandonaron sus viviendas y otras 60.000 tendrán que hacer lo mismo, estimó por su lado la Agencia Nacional de Gestión de Desastres.

“Hemos ampliado la zona de exclusión y el número de personas que serán evacuadas aumentará, pero todavía no tenemos las últimas cifras”, comunicó previamente  Sutopo Purwo Nugroho, portavoz de la agencia.

El monte Agung, cuya última erupción en 1963 causó 1.600 muertos, expulsaba ayer en la mañana una humareda gris que ascendía a más de 3.000 metros.

La zona de exclusión alrededor del volcán, situado a 75 km de la  estación turística de Kuta, fue ampliada a 10 kilómetros a la redonda y se instó a los residentes a evacuar.

“Las proyecciones continuas de ceniza a veces son acompañadas de erupciones explosivas y un débil estruendo sonoro”, indicó en su cuenta de Facebook la Agencia Nacional de Gestión de Desastres.

“Los destellos del fuego son cada vez más visibles durante la noche. Esto indica que están reunidas las condiciones para una erupción más fuerte inminente”, agregó.

La columna de ceniza asciende a más de 6.140 metros de altura, según el Centro de Mitigación de Peligros Vulcanológicos y Geológicos (CMPVG), que también señaló que se pueden escuchar explosiones débiles hasta distancias de 12 kilómetros.

Los balineses observan una erupción del monte Agung desde el subdistrito de Kubu en Karangasem, Bali. Foto: AFP

Aeropuerto cerrado

Los pueblos próximos al volcán estaban cubiertos de ceniza y las autoridades distribuyeron miles de mascarillas de protección. El aeropuerto internacional de Denpasar, capital de la provincia de Bali, frecuentada por los turistas del  mundo, fue cerrado.

El cierre afectó a 445 vuelos y a unos 59.000 pasajeros, la mayoría de ellos eran turistas que no pudieron salir de la isla. Según el centro vulcanológico australiano de Darwin, “hay ceniza en el aeropuerto de Denpasar y a más de 9.000 metros de altura en las cercanías del volcán”.

El aeropuerto de la isla de Lombok, otro destino muy turístico, al este de Bali, también cerró el domingo en la tarde a causa de las cenizas arrastradas por el viento. Pero el lunes en la mañana abrió nuevamente.

El monte Agung, de más de 3.000 metros de altura, ya rugió entre agosto y octubre. Más de 144.000 personas tuvieron que ser evacuadas.

Su actividad calmó a finales de octubre, por lo que se rebajó el nivel de alerta. Miles de personas volvieron a sus casas, pero el martes el volcán rugió de nuevo.

Por segunda vez en menos de una semana, el volcán despidió el sábado una importante humareda, lo que, según especialistas, habría sido una erupción freática, es decir, la expulsión brusca y violenta de vapor.

Sin embargo, los vulcanólogos coinciden en que el monte entró en una nueva fase en la que la visibilidad del magma supone un mayor riesgo de erupción.

Decenas de hindúes balineses participaron el domingo en ceremonias de oración cerca del volcán, con la esperanza de impedir una erupción.

El archipiélago indonesio se asienta dentro del denominado ‘Anillo de Fuego’ del Pacífico, donde hay más de 120 volcanes. Es una zona de gran actividad sísmica y volcánica que es sacudida por miles de temblores al año, la mayoría es de escasa magnitud.

Mortífera erupción

A finales de febrero de 1963  el volcán Agung comenzó a expulsar ríos de lava por su flanco norte. La masa magmática salió durante casi un mes a diario, alcanzando unos 50 millones de metros cúbicos. A principios de marzo el monte entró en la fase previa a la de erupción total y el 18 de marzo finalmente explotó.

El volcán expulsó corrientes piroclásticas hasta lugares de unos 60 kilómetros de distancia, arrasando aldeas a su paso y dejando más de un millar de muertos. (I)

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