Autoridades de 110 países discuten en Río los nexos entre salud y pobreza
Ministros y autoridades de 110 países discutirán a partir de mañana en Río de Janeiro la relación entre la salud, la pobreza y las desigualdades sociales, en un congreso inédito de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La Conferencia Mundial sobre los Determinantes Sociales de la Salud, la primera organizada sobre esta temática, reunirá hasta el viernes a la directora general de la OMS, Margaret Chan; altos ejecutivos de otros organismos de la ONU y cerca de 900 participantes, incluyendo expertos y académicos.
Este es el primer evento global impulsado por la Comisión de Determinantes Sociales de la Salud de la OMS, organismo creado en 2005 que se dedica a indagar los factores no biológicos que influyen en la propagación de enfermedades.
Dentro de los llamados determinantes sociales de la salud se incluyen la posición económica, la clase social, la raza, el sexo, el grado de educación, las condiciones de vivienda y empleo y también, factores psicosociales y de comportamiento.
Los organizadores de la Conferencia pretenden que los tres días de debates se condensen en una declaración final con propuestas concretas dirigidas a los Gobiernos mundiales para mejorar la salud de la población a través de la reducción de las desigualdades y de la universalización de los servicios médicos públicos.
"Con inversiones modestas en la reducción de las desigualdades sociales conseguiríamos una mejoría sustancial en la salud", explicó a Efe el médico brasileño Paulo Buss, director de Relaciones Internacionales de la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz), uno de los organismos implicados en la organización de la Conferencia.
Buss dijo que en el evento se va a poner de manifiesto la relación directa entre la falta de equidad social y el deterioro de la calidad de la salud pública, el aumento de la mortalidad de menores y hasta una mayor incidencia de cáncer por falta de exámenes.
Un ejemplo claro de la relación perniciosa de las desigualdades es la abismal disparidad en la esperanza de vida al nacer que se registra en algunas ciudades de países industrializados.
En el caso de la urbe escocesa de Glasgow, la esperanza de vida varía 28 años entre los barrios más ricos y los más pobres, según un estudio aludido por el investigador.
"Hay estudios que indican que la mortalidad infantil se reduce drásticamente con el mero hecho de instalar agua potable en las viviendas", citó Buss en otro ejemplo.
La Conferencia tratará cuestiones polémicas como el reparto global de la riqueza, la propiedad intelectual de los medicamentos y la concentración de las industrias de medicinas en los países desarrollados, con las consecuencias económicas y sanitarias que esto supone para las naciones pobres.
Los debates también van a girar en torno a ejes temáticos como las prácticas aconsejables para un buen Gobierno, las negociaciones internacionales en el área de la salud y la supervisión constante de las políticas sanitarias para que se apliquen correctamente y con celo tanto a escala nacional como local.
Además se mostrarán ejemplos de éxito de experiencias nacionales para la reducción de desigualdades sociales y de aplicación de políticas públicas para la salud.