En redes sociales se viraliza la etiqueta #147noessolounnúmero
Al-Shabab promete una ‘larga guerra’ en Kenia (Infografía y Galería)
Su nombre significa ‘Los jóvenes’, y se justifica porque Al-Shabab es una de las organizaciones yihadistas islámicas más recientes vinculadas a Al-Qaeda. El grupo terrorista actúa en las zonas rurales de Somalia, donde es común verlo en el día y noche.
Si bien las calles de los pueblos de Kenia son oscuras, porque los ciudadanos carecen de electricidad, las mezquitas siempre están iluminadas. “Ese dinero probablemente es de Al-Shabab. Manejan fondos pero no se sabe quién es quién”, comentaron pobladores de Garissa a diario El Mundo. En Garissa se registró el asalto a la universidad que dejó 147 estudiantes muertos.
¿Por qué pelean?
En junio de 2014, el grupo insurgente declaró zona de guerra a todo el territorio de Kenia. La milicia no perdona que el país keniano haya enviado tropas a Somalia en 2011 para ayudar al gobierno a combatirla. Al parecer la misión de Al-Shabab, al igual que otros grupos islamitas, como Boko Haram, es establecer la sharia o ley fundamentalista del Islam. Lo que se desconoce es quién los financia.
En septiembre de 2014 se confirmó la muerte de su líder, Ahmed Abdi Godane, en un ataque aéreo de Estados Unidos. Un día después el subjefe y portavoz del grupo, Ali Mohamud Rage, nombró a Ahmed Omar, conocido como Abu Ubaidah, como nuevo jefe del grupo.
Se conoce que la estrategia de la organización para atraer nuevos militantes es una combinación de propaganda sofisticada en la que se promete una aventura emocionante como combatientes y una encendida retórica antioccidental.
Mediante el uso de las redes sociales prometen “El camino al Paraíso” y promover sus actividades mediante videos en internet que incluyen música rap y emocionantes sesiones de entrenamiento.
Los Al-Shabab, que en septiembre de 2013 mataron a 67 personas durante el sitio de 4 días del centro comercial Westgate en Nairobi, amenazaron el sábado con una “larga y horrible guerra” a menos que Kenia retire sus tropas de Somalia.
En 2011, el grupo huyó de Mogadiscio, la capital somalí, pero sigue luchando contra la Misión de la Unión Africana en Somalia (Amisom, por sus siglas en inglés), que incluyen soldados de Burundi, Yibuti, Etiopía, Kenia y Uganda.
¿Cómo vive Kenia al momento?
Desde la masacre hay máximas medidas de seguridad con militares custodiando las iglesias ante el temor de nuevos ataques contra cristianos. La sociedad keniana está conmocionada, además, por la noticia de que el hijo de un alto funcionario estatal, de la localidad de Mandera, es uno de los 4 hombres armados identificados hasta ahora.
Se trata de Abdirahim Abdullahi, un brillante estudiante universitario que se enroló en las milicias de Al-Shabab en 2013.
El gobierno ofreció una recompensa de $ 215.000 por la captura del líder shabab Mohamed Mohamud, un keniano que fue maestro y que es el presunto autor intelectual del ataque. Se informó que uno de los 4 shababs muertos en el ataque también es keniano, lo que demuestra la capacidad de los islamitas para reclutar a sus miembros en Kenia. Hasta ahora 5 personas han sido arrestadas por su implicación en el ataque de Garissa, 2 en la universidad y otras 3 que presuntamente “coordinaron” la matanza y estaban huyendo hacia Somalia. Luego de lo ocurrido, el Ejército keniano resolvió lo habitual: bombardear 2 bases en el sur de Somalia contra las de los Al-Shabab.
Etiquetas en Twitter para no olvidar
#147noessolounnúmero y #ellostienennombres son algunas de las etiquetas o hashtags en Twitter, promovidas por la activista Ory Okolloh, con la finalidad de que los medios y agencias le den la importancia que se requiere a lo ocurrido en Kenia.
“El silencio no va a seguir siendo nuestro lenguaje nacional”, publicó Okolloh, considerada una de las 100 personas más influyentes, según la revista Time en 2014.
Miles de internautas se han unido al llamado repudiando a medios, como The Guardian o El País, que colocaron en primera plana los atentados de París o el accidente del avión de Germanwings, y no la matanza en Kenia.
Mientras que el escritor Binyavanga Wainaina, uno de los más prestigiosos de África, publicó en su Facebook: “todos estamos obligados a recordarlos; no somos una nación si no podemos recordar a todos los ciudadanos que perdemos”. (I)