Agencia nuclear admite que situación es grave en Japón
El deterioro de un reactor tras otro en la central japonesa de Fukushima (noreste de Japón) siguió alimentando ayer el temor a un desastre nuclear, pese a los desesperados intentos para controlar una fuga radiactiva. El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) confirmó que la situación es grave, pero no está fuera de control.
Explicó que los núcleos de tres reactores de la central están dañados. El director de la agencia nuclear de Naciones Unidas, Yukiya Amano, quien hoy llegará al país nipón, confirmó que se está produciendo una fusión en el núcleo de esos reactores, lo que incrementa las posibilidades de una fuga radiactiva en la central, seriamente dañada por el terremoto de 8,9 grados y el tsunami del pasado viernes.
Según la Autoridad de Regulación Nuclear de EE.UU., las radiaciones en la central de Fukushima son “extremadamente altas”, por lo que el Gobierno pidió a sus ciudadanos que viven a menos de 80 km de la central que abandonen el área o eviten salir de casa. Hay 200 mil evacuados.
Los problemas se acumulan en cuatro de los seis reactores de la planta nuclear. El número 3 es el que mejor ejemplifica la situación: su núcleo se ha fundido al menos parcialmente y los sistemas de refrigeración no funcionan, situación que también se da en los reactores 1 y 2.
El edificio está seriamente dañado, como el del reactor 1; y en la piscina que almacena el combustible gastado, altamente radiactivo, ha bajado el nivel de agua, lo que preocupa a la agencia nuclear japonesa (NISA), cuya inquietud se extiende por el mismo motivo al reactor 4, que ayer sufrió un segundo incendio.
Las autoridades japonesas recurrirán a camiones cisterna equipados con cañones de agua para lanzar agua en el reactor 4 , con el fin de enfriar el combustible, indicó ayer la cadena de televisión NHK.
Este nuevo recurso se pondrá en práctica después del fracaso de la tentativa de echar agua en el reactor con un helicóptero militar, que tuvo que desistir debido al alto nivel de radiactividad. 50 operarios trabajan en la central.
La gravedad de la situación llevó al emperador Akihito a expresar el primer mensaje por televisión de sus 22 años de reinado para pedirles a los japoneses que resistan y se ayuden en esta crisis.
Desde Bruselas, el comisario europeo de Energía, Günther Oettinger, que advirtió de que la planta de Fukushima estaba fuera de control, señaló ayer que se corre el riesgo de una nueva catástrofe de gran peligro para los habitantes.
Pese a las serias dificultades para controlar la central, el Gobierno insistió ayer en que los niveles de radiactividad más allá de un radio de 20 kilómetros de la central no suponen aún un riesgo inmediato para la salud.
Pero nadie se confía y los habitantes de Tokio afrontaron ayer la amenaza radiactiva con más mascarillas y sin salir de casa.