Afectados se quejan por lenta ayuda de las autoridades
Nueva York.-
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, declaró ayer “zona catastrófica” las áreas de Rhode Island afectadas por los fuertes vientos y las inundaciones que provocó esta semana el ciclón “Sandy”, informó la Casa Blanca. Esta medida pone a disposición de los gobiernos y comunidades locales los fondos, equipos y personal del Gobierno Federal necesarios para asistir en las tareas de rescate y limpieza de los daños causados por el temporal.
“Sandy”, que tocó tierra al sur de Atlantic City (Nueva Jersey) con vientos sostenidos de 137 kilómetros por hora, ha causado más de un centenar de muertos y numerosos daños en la costa este del país, en particular en los estados de Nueva York, Nueva Jersey y Connecticut.
El desigual reparto de ayuda, el intenso frío y la falta de gasolina han agravado en las últimas horas la situación de miles de familias de la región de Nueva York, que no tenían ayer luz ni calefacción y que incluso están sin casa tras el paso del ciclón “Sandy”.
“Las autoridades deberían estar ayudándonos, pero nadie viene por aquí”, se lamentaba ayer un residente de una de las zonas del barrio de Queens más dañadas.
La pasada noche y en la madrugada las temperaturas rozaron los cero grados centígrados, pero la sensación térmica era aún peor debido al efecto del viento.
En algunas zonas de Staten Island, Queens, Brooklyn, Long Island y Nueva Jersey hay todavía 2,2 millones de abonados sin electricidad.
La Guardia Nacional y la Agencia Federal para la Gestión de Emergencias (FEMA) prosiguen con su programa de distribución de un millón de comidas preparadas, botellas de agua y otros suministros.
La Cruz Roja y otras organizaciones benéficas públicas y privadas se han volcado en el envío de cocinas portátiles, mantas y material diverso a los lugares donde los residentes han perdido o sufrido daños graves en sus casas y siguen sin electricidad.
Incluso ha habido muchos ejemplos de ciudadanos que han cargado sus coches con comida o ropa para repartirlos directamente en las calles o llevarlos a centros locales de distribución.
Los canales de televisión locales están llenos de casos de este tipo, como el de una familia que se quedó literalmente con la ropa que llevaba puesta y cuyo hijo estaba en chanclas. Al verlo, una ciudadana empacó ropa de abrigo para todos (incluyendo unos calcetines de invierno) y la llevó en persona.
“Necesitamos gorros y guantes, y cualquier tipo de ropa de abrigo”, señalaba la pasada noche el responsable de una iglesia de Staten Island, que ha organizado un sistema de almacenamiento y distribución de ayuda privada en el templo.
Sin embargo, la ayuda no llega aún a todas las zonas, en una región extensa donde es difícil desplazarse y hay gente que va por las calles en busca de comida.
El alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, fue recibido ayer de forma airada por algunos residentes, de Queens claramente indignados por la lenta ayuda.
Mientras tanto, la situación del transporte público mejoró ayer con la reapertura de nuevos tramos de la red de metro, pero la recuperación de la electricidad es lenta.
Otro serio problema es la dificultad para el suministro de gasolina, ya que muchas personas dependen del combustible no solo para desplazarse, sino para alimentar los generadores eléctricos domésticos.