Activistas ven con escepticismo el premio Nobel que recibió la UE
El premio Nobel de la Paz de 1980, el argentino Adolfo Pérez Esquivel, consideró hoy que la concesión del Nobel de la Paz a la Unión Europea (UE) no debe utilizarse para justificar el accionar militar en otros continentes.
"El premio Nobel de la Paz a la Unión Europea debe ser un llamado de atención para que detengan sus injerencias militares en otros continentes", afirmó el activista, presidente ejecutivo del Servicio Paz y Justicia Argentina.
A través de su cuenta en la red social Twitter, Pérez Esquivel sostuvo que el Nobel de la Paz otorgado en 2009 al presidente estadounidense, Barack Obama, y éste concedido a la Unión Europea "no deben convertirse en una justificación del accionar de la OTAN".
Adolfo Pérez Esquivel recibió el Nobel de la Paz en 1980 por su lucha en favor de los derechos humanos durante las dictaduras militares que gobernaron en Latinoamérica.
Pero el el premio no ha sido una buena noticia para todos los europeos. Ludmila Alexéyeva, veterana activista soviética y rusa que también aspiraba al premio, señaló que algunos países miembros de la Unión Europea (UE) combatieron en Irak y en Afganistán.
"No entiendo que se de un premio de la paz a la UE, cuyos países tomaron parte en la guerra de Irak, en la de Afganistán y en otros conflictos", dijo hoy Alexéyeva, de 85 años.
Alexéyeva manifestó su "incomprensión" hacia la decisión del Comité Nobel, ya que la UE ni siquiera es una organización, sino "una agrupación de países".
"No lo entiendo. Es una decisión extraña ¿Quién va a recibir el premio? Démosle el premio al mundo entero. Veremos quien lo recoge", se preguntó.
La activista, que figuraba entre los favoritos a recibir el premio, cree que se decidió conceder tamaña distinción a los Veintisiete "como apoyo moral".
"Supongo que la idea era apoyar a la UE en un momento de dificultad, ya que se encuentran en plena crisis. Querían ayudarles a levantar el ánimo. Parece que (la canciller alemana, Angela) Merkel se ha puesto muy contenta", aseguró.
En grecia, la concesión del Nobel de la Paz a la Unión Europea fue recibida con enfado por los sindicatos y la oposición de izquierdas, que apuntan a Bruselas como corresponsable en la caída del bienestar y la pérdida de derechos laborales.
"La decisión del Comité de Premio Nobel de la Paz es una hipocresía que ofende a los pueblos europeos en un momento en que son víctimas de una guerra no declarada a todos los derechos sociales", denunció en un comunicado Syriza, la formación de izquierdas que lidera la oposición.
En el mismo sentido se manifestó el Partido Comunista, que tildó la concesión del Nobel como "un premio a la eliminación de los derechos laborales".
Los dos partidos se oponen a las políticas de austeridad y recortes que la Unión Europea está imponiendo a Grecia y que han llevado a reducir salarios, pensiones y gasto social.