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Ecuador, 23 de Diciembre de 2024
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9 meses demorará apagar planta

Tokio

La eléctrica Tepco puso ayer fecha al fin de la crisis nuclear de Japón. En un plazo máximo de nueve meses  la accidentada planta de Fukushima debería estar controlada, con sus reactores en “parada fría” y sin emitir fugas radiactivas.

Tras muchas presiones, críticas y una alarma generalizada, la empresa presentó una hoja de ruta para salir de la crisis que sitúa en tres meses el tiempo preciso para devolver la refrigeración estable a las unidades dañadas, y entre seis y nueve meses el período necesario para apagar su combustible nuclear.

Ello supondría que, en verano, la dosis de radiación emitida por la planta se habría reducido de forma constante y que, hacia finales de año, estarían ya controladas sus fugas radiactivas.
El primer ministro japonés, Naoto Kan, calificó este plan de la gestora de la planta de Fukushima como un “pequeño paso adelante”, mientras la secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, de visita en Tokio, dijo que expertos de su país van a analizarlo.

La Agencia para la Seguridad Nuclear de Japón hará también un seguimiento del cronograma de Tokyo Electric Power (Tepco), que prevé además rodear con cubiertas gigantes los edificios de los tres reactores antes de los próximos nueve meses.

En los primeros tres meses se tratará de contener la filtración radiactiva del reactor 2, donde se cree que se produjo una fusión parcial de barras de combustible nuclear, además de construir nuevos sistemas de refrigeración ante los edificios de las unidades 1 y 3.

Entre seis y nueve meses, el objetivo es dejar a esos tres reactores dañados en “parada fría” o con una temperatura inferior a 95 grados centígrados, es decir, sin riesgo de fusión del núcleo. Así, hacia final de año la central de Fukushima debería dejar de emitir sustancias radiactivas a la atmósfera.

Tepco espera tener listo en verano un nuevo sistema de refrigeración que permitirá enfriar los reactores, filtrar el agua contaminada y volver a arrojarla sobre las unidades dañadas.

La situación de Fukushima, que ha creado una alerta mundial, fue calificada ayer como “una crisis multidimensional con un alcance sin precedentes” por Hillary Clinton, que durante una corta visita a Tokio comprometió el “firme” apoyo de Estados Unidos a la reconstrucción de Japón, uno de sus grandes aliados en Asia.

“He venido a Japón con un mensaje de solidaridad y esperanza compartida de parte de la población de Estados Unidos”, dijo la jefa de la diplomacia norteamericana, quien aseguró que el motivo de su viaje es “demostrar nuestros firmes lazos de amistad”. 

El dedo señala a la operadora Tepco, que surte de electricidad a gran parte del área metropolitana de Tokio y cuyos dos presidentes, ejecutivo y honorario, admitieron ayer que podrían dimitir para asumir la responsabilidad.

Tras conocer la “hoja de ruta” para poner fin a la mayor crisis de Japón desde la II Guerra Mundial, el Gobierno de Naoto Kan dijo que, una vez controlada la planta de Fukushima, se revisará el perímetro de evacuación en sus alrededores.

Las autoridades japonesas ampliarán este mes las zonas de evacuación a media decena de localidades situadas más allá del radio de exclusión de veinte kilómetros, tras detectarse en ellas elevados niveles de radiactividad que podrían ser perjudiciales para su salud y los cultivos.

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