La intención de voto del expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, se disparó a la par del fracaso económico y político de la gestión de Michel Temer, implicado en un escándalo de sobornos.

El  gobierno de Temer, a quien el 63% de la población le pide la renuncia -según una encuesta de Datafolha-, tendrá una prueba de fuego en el Congreso: la aprobación en el Senado de la enmienda constitucional 55. La reforma congela por 20 años el gasto público, siendo la medida neoliberal más importante del mundo actual. Sindicatos y movimientos sociales la rechazan, por lo que convocaron a protestas bajo la consigna “Fuera Temer”.

En el medio está la delación premiada de un ejecutivo de Odebrecht, que acusó a Temer de pedirle $ 3 millones en forma clandestina al empresario Marcelo Odebrecht para financiar a su partido en las elecciones de 2014. La denuncia involucra también a toda la cúpula del Gobieno actual y puede acelerar su caída.

“Sería un golpe dentro del golpe. Ellos pensaron que el problema económico era yo, mi persona”, dijo la expresidenta Dilma Rousseff, en un acto con la militancia donde participó la expresidenta argentina, Cristina Kirchner, el viernes pasado, en Sao Paulo.

Al mismo tiempo, si el domingo una encuesta sepultó la confianza en el plan económico neoliberal que el Gobierno logró imponer en Brasil tras la caída de Rousseff el 31 de agosto, ayer demostró que el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva -procesado por corrupción y en guerra con el mediático juez Sergio Moro- es el político favorito a ganar las elecciones, en caso de que las hubiera. Y que la ambientalista Marina Silva, una exministra de Lula, vencería en un escenario de segunda vuelta.

Según el sondeo de la empresa Datafolha, Lula tiene alto rechazo (44%) debido al noticiero negativo contra el Partido de los Trabajadores, pero subió casi 9 puntos respecto de una encuesta de julio pasado. Ahora vence a todos sus eventuales rivales en la primera vuelta, con entre 26 y 24 puntos. Derrotaría a los actuales aliados y sostenes de Temer, el canciller José Serra, el senador Aecio Neves y el gobernador de Sao Paulo, Geraldo Alckmin, los tres del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB).

Silva, del partido Red Sustentable, tercera en las elecciones de 2010 y 2014, ganaría en una eventual segunda vuelta, cargando los votos de toda la oposición ante Lula, según Datafolha.

“El gobierno de Temer se está derritiendo y no tiene más condiciones”, dijo el jefe del bloque del opositor Partido de los Trabajadores, Afonso Florence, quien pide en un comunicado la salida del exvicepresidente de Rousseff, acusado de haberla traicionado.

La posible salida de Temer abre escenarios: depende de la aprobación de la enmienda constitucional, un esfuerzo para compensar la falta de confianza de su Gobierno, pese al mensaje a favor de las empresas.

Pero también depende de la presión judicial y social frente al escándalo de corrupción. (I)