La semana pasada la presidenta Michelle Bachelet dijo que Chile presentó una “sólida” contramemoria en la demanda interpuesta por Bolivia en la corte internacional de La Haya para negociar una salida soberana al mar.

A pesar de esto, a inicios de año luego de la demanda de Silala la tensión creció y a nivel interno la oposición de la derecha chilena propone retirarse del Pacto de Bogotá. Según una encuesta de Plaza Pública Cadem (Investigación de mercado y Opinión Pública), el 62% de los chilenos respalda esta idea.

Firmado en 1948, el Pacto de Bogotá o Tratado Americano de Solución Pacífica de Controversias deriva las controversias a la Corte Internacional de Justicia de La Haya (CIJ), que es el máximo órgano de justicia de las Naciones Unidas. Su objetivo es la resolución de conflictos bilaterales sobre interpretación de tratados.

Ricardo Israel, analista y abogado de la Universidad de Chile agrega el riesgo de enfrentar nuevas demandas de los países vecinos, afirmó que “Algún día Bolivia podría reclamar la restitución de Calama”.

En enero de 2014, el tribunal de la CIJ modificó la frontera marítima por una demanda de Perú. Ahora analiza el requerimiento sobre la salida al mar de Bolivia, a lo que se suma lo de Silala.

Por su parte, el canciller chileno acotó que aún está pendiente el “desvío unilateral” del río Lauca, en 1962, por cuya causa Bolivia rompió relaciones diplomáticas, que fueron reanudadas en 1975 para dar lugar a una negociación del tema marítimo. Para otorgarles a estas demandas el peso que merecen, el presidente

Evo Morales creó la Secretaría General de la Dirección de Defensa del Silala y los Recursos Hídricos, con René Óscar Martínez al mando. (I)