La socialdemocracia alemana promovió una política para mirar hacia el este
25 años de Berlín sin muros (Infografía, Galería y Video)
Fue como una onda radiactiva. La caída del Muro de Berlín, hecho que hoy cumple 25 años, afectó casi a todo el mundo. Primero a Alemania, luego a Europa y también a América Latina.
La consecuencia obvia y más inmediata fue la reunificación de Alemania, dividida entre Este y Oeste, capitalista y comunista, prosoviética y proestadounidense. Pero no fue un proceso fácil, sino más bien tortuoso, sobre todo porque en la práctica más que una fusión fue una anexión.
Alemania
Cuando cayó el muro gobernaba la democracia cristiana y fue Helmut Kohl quien se llevó el crédito. De hecho la Historia lo señala como uno de los padres de la actual Unión Europea.
Pero la socialdemocracia, el otro gran partido alemán, también reclama créditos, sobre todo porque uno de sus máximos exponentes, Willy Brandt, impulsó la reunificación desde que era alcalde de Berlín en 1959, en plena construcción del muro.
Su política de brazos abiertos, de integración, de establecer visitas entre el Oeste y el Este es considerada el germen de la reunificación alemana, explica Anja Minnaert, directora de Friedrich Ebert Stiftung (FES) en Ecuador.
Como había enormes diferencias entre el Oeste y Este alemán, principalmente en infraestructura y desempleo, se instauró un impuesto para financiar obras de desarrollo. La iniciativa fue todo un éxito y aunque las diferencias aún persisten ya nadie se reclama del Este o del Oeste, tanto así que Ángela Merkel nació en el primero.
Aunque el muro sigue repercutiendo en la política alemana, este país tiene un partido más hacia la izquierda que la socialdemocracia. Se trata de Die Linke. En las últimas elecciones Merkel, de la democraciacristiana ganó, pero no lo suficiente para formar un gobierno. Toda la izquierda pudo haberse unido y gobernar, pero no ocurrió porque los socialdemócratas critican que en Die Linke estén antiguos partidarios del régimen socialista de la República Democrática de Alemania. Es una anécdota, pero las divisiones aún salen a la luz en pleno 2014.
Europa
En el plano europeo, la izquierda, siempre con una ideología internacionalista, buscó la integración. Minnaert considera que uno de los grandes impulsores de la actual UE es la izquierda, sobre todo de la ampliación al Este. Ese proceso empieza en 2014 cuando se convierten en miembros los países que estaban en la esfera soviética. “La izquierda impulsó la integración como proyecto internacionalista”, dice la catedrática. Y la expansión sigue. Serbia, Turquía, Ucrania y Georgia quieren pertenecer al club.
América Latina
Y luego están las consecuencias en América Latina. Cuando el muro cayó la izquierda regional se quedó sin el referente soviético. Era la experiencia socialista real porque China y Vietnam habían girado hacia el capitalismo. Cuba, el otro gran ejemplo, afrontaba el Periodo Especial y la crisis de los balseros.
Minnaert hace la cronología: cae el muro, se acelera el neoliberalismo, nacen los movimientos sociales y finalmente gobierna la izquierda. Empezaban los 90, la izquierda se replegó y el capitalismo ganaba. El Fin de la Historia gritaban en Estados Unidos. Entonces en el continente se aceleraron las políticas neoliberales, que hicieron de las suyas porque la izquierda estaba de retirada, su discurso se había vaciado. La resistencia a las privatizaciones dio origen a los movimientos sociales, como el indígena. Y ese fue el germen de la nueva izquierda, de la que gobierna hoy en día, cuya agenda es posneoliberalista.
Todavía hay más vallas que derribar
El Muro de Berlín cayó, pero aún hay otros que separan países y territorios. Todos bajo el argumento de la seguridad, de proteger a sus pueblos.
El más famoso es el que levantó Israel en los territorios ocupados palestinos. Pese a las objeciones de la comunidad internacional el Estado judío continúa con la edificación, que en realidad es la definición de facto de la frontera. Como resultado comunidades palestinas han quedado divididas.
El segundo está en el continente americano, en la frontera entre México y Estados Unidos. En algunos tramos es de concreto y en otros solo es una valla eléctrica. El objetivo es evitar el paso de inmigrantes indocumentados. Es una meta que no se ha logrado porque ahora hasta niños solos cruzan el borde.
Hay otro muro, que al igual que el de Berlín, surgió producto de la Guerra Fría. Es el que divide a las dos Coreas. Es la zona más militarizada del mundo. Está repleta de alambres, minas y baterías antiaéreas. Allá, técnicamente, el Sur y el Norte aún están en guerra.
Sucede lo mismo en Chipre. La isla está dividida por un muro que separa la parte turca de la griega.
Derribado el muro de Berlín, Europa empezó a construir otros. La frontera física entre el Viejo Continente y África está en los enclaves españoles de Ceuta y Melilla, en Marruecos. Las ciudades están protegidas por vallas, que no sirven para detener a los migrantes subsaharianos.
Datos
Berlín celebra los 25 años de la caída del Muro, con unos festejos que culminarán hoy con una inmensa fiesta popular, que contará con artistas como Daniel Barenboim y Peter Gabriel.
Las celebraciones, llamadas ‘La valentía de la libertad’, tendrán lugar en la Puerta de Brandeburgo, en pleno centro de la capital.
La orquesta de la Staatskapelle, bajo la dirección del argentino-israelí Daniel Barenboim, lanzará hoy a mediodía esta gigantesca fiesta.
A partir del viernes al anochecer, una cadena de 8.000 globos luminosos dibuja a lo largo de unos 15 km el trazado del antiguo Muro. Los globos de la ‘Frontera luminosa’ llevan los mensajes de unos 8.000 ‘padrinos’ reunidos gracias a internet.