A las 17:14 de ayer Barcelona no solo mostraba ante el mundo la voluntad de la mayoría de los catalanes de acudir a las urnas el próximo 9 de noviembre, sino que lo hacía pidiendo directamente la independencia de la región.

La hora del acto fue precisa en recuerdo de la caída de Barcelona el 11 de septiembre de 1714 en manos de las tropas de Felipe V, pero la Diada Nacional de Cataluña significó esta vez algo más que una celebración nacionalista. Barcelona se convirtió en un histórico clamor multitudinario donde 1,8 millones de personas, según la Guardia Urbana, se reunieron para formar una V gigante (votar, victoria, valentía) con la bandera catalana y reclamar por última vez la votación democrática prevista para noviembre.

El grito “in-inde-independencia” resonó por toda la ciudad y volvió a ser protagonista, como lo fue en 2012 y 2013, de una jornada difícil de olvidar para unos ciudadanos que no se han cansado de manifestarse en favor de las libertades perdidas en 1714 y que han decidido mostrarse implacables ante la negación del Gobierno español a celebrar la consulta soberanista. Una manifestación democrática y pacífica, una reunión masiva, la más importante de la historia de España, donde se reclamó sin ningún incidente la voluntad de un pueblo que anhela volver a ser un estado independiente, separado del resto de España y libre de peajes.

El presidente Artur Mas, horas después de la manifestación, agradeció “a todas las personas que se movilizaron durante el día de hoy por hacer esta muestra altísima de civismo, de tolerancia, de respeto y de sonreír. Todo esto es muy impactante. Esta manera de hacer las cosas es un mensaje potente que enviamos desde Cataluña a Europa y el mundo. Esta crida compromete al Gobierno de Cataluña a celebrar la consulta del 9 de noviembre”.

Además, el presidente de la Generalitat lanzó un dardo al Gobierno central español destacando la petición del pueblo catalán: “Este pueblo quiere ser escuchado, quiere ser respetado. No se puede silenciar a un pueblo que quiere hablar, ni se puede impedir votar a un pueblo que quiere votar. Esta V es un mensaje de gran potencia y de gran calibre que a Madrid tendrían que escuchar. Es el momento que se sienten a negociar los términos con que el pueblo catalán pueda decidir libremente en las urnas”.

Reacción del Gobierno español

En los próximos días, el gobierno y los ciudadanos de Cataluña esperan una declaración oficial del Gobierno español, presidido por Mariano Rajoy, en referencia a la manifestación de Barcelona y a la petición cívica de acudir a las urnas el próximo 9 de noviembre.

El único plan del Parlamento de Cataluña, es seguir con la convocatoria del referéndum soberanista y no echarse para atrás, incluso si desde Madrid se decide finalmente prohibir cualquier votación.