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El Telégrafo
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Maritza Vivar Rivera, 55 años

"Parecía un pulpo en el diario, pero siempre entregué lo mejor de mí"

"Parecía un pulpo en el diario, pero siempre entregué lo mejor de mí"
Foto: Miguel Castro / El Telégrafo
16 de febrero de 2016 - 00:00 - Redacción Actualidad

Maritza Vivar Rivera lleva 25 años siendo parte de la historia de diario EL TELÉGRAFO, del que asegura le guarda aprecio y al que le ha dado tanto. Hoy ocupa el cargo de analista en activos fijos, después de haber pasado por innumerables puestos.

El primero de ellos y con el que ingresó en la década del 90 fue operadora de page maker, cuyas oficinas estaban ubicadas en un sótano en las calles Colón y Boyacá. Allí la ingeniera química no pasaría  mucho tiempo.

“Mi jefa dijo que me estaba desperdiciando y después pasé al puesto de Control de Producción, en el que  tenía que supervisar el uso del papel, tintas...”.  Paralelamente a ello, Maritza también debió encargarse del control de bodegas, las compras nacionales y de la movilización del material.

“Era como un pulpo que debía cumplir con todo lo que me pedían y yo lo hacía con mucho agrado”.

Reconoce que ese mismo amor hizo que, pese a que no era bien pagada en esa época, sintiera orgullo de trabajar en el diario. Cuenta que cuando estaba a cargo del área de compras de papel, en un recorrido que le  hacía a los proveedores de otros países “me dijeron que nuestra infraestructura era de las mejores”.

Hoy el diario cumple 132 años y para Maritza esto representa recordar lo bueno y malo, pero ella prefiere acordarse de lo mejor. “No puedo negar que la empresa me ha ayudado. Cuando buscaba un departamento me permitieron alquilar un espacio del diario que antes era usado como bodega”. (I)   

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