¿La que llegó fue una gallada de drogadictos?
Orlando Pérez, Subdirector
Los integrantes de Calle 13 y el rockero ecuatoriano Lucho Rueda dijeron sus verdades a los periodistas, en la rueda de prensa del pasado miércoles 20 de abril: hagan su trabajo responsable, no publiquen rumores, pregunten cosas inteligentes, entre lo más suave. ¿Ninguno se sonrojó? No, cayó como un piropo, la mayoría estaba poseído por René Pérez, pero no enfundados en el oficio.
Las ruedas de prensa, aparentemente, lo resuelven todo para quienes las convocan, particularmente cuando son de la llamada “farándula”. Y se equivocan. ¿Si es un artista o un personaje famoso, solo es de interés de reporteros y reporteras fanáticos (estas últimas con un toque histriónico si se trata de hombres guapos)? ¿Quieren quedar bien y lucirse para recibir un halago de un cantante, una estrella del cine o un actor de telenovelas?
Nos hemos acostumbrado a la mediocridad del reporterismo farandulero que parece que esa fuera la única forma de abordar a un personaje. A las instituciones (asesores, mánagers, relacionadores públicos, agencias de publicidad) les parece “normal” poner a su “estrella” delante de algunos micrófonos y cámaras y someterla a un interrogatorio cargado de lugares comunes.
Quienes trajeron a Calle 13 olvidaron que su líder es un personaje que piensa y reflexiona, dentro y fuera de la tarima; que un gran sector de su audiencia no solo quiere oírlo cantar sino saber qué opina de lo que pasa en el mundo. Y por tanto, para salir del paso, para cubrir el “mayor espectro” de la audiencia resolvieron el asunto con una rueda de prensa, que ni el propio René Pérez había aprobado. En otras latitudes se escogen dos o tres medios, uno o dos periodistas instruidos y hasta especializados para hacer una cobertura más allá del fantoche farandulero que vimos el miércoles 20 con Calle 13.
Otra vez perdimos la oportunidad de reivindicar el periodismo responsable y la única obligación que tiene todo periodista: la de pensar. El Ecuador no ha podido saber qué piensan los Calle 13 y de dónde salen las fortalezas conceptuales y musicales de sus discos. ¿Por eso será que Ramón Sonnenholzner, de radio Tropicana, es capaz de decir que Calle 13 es “una gallada de drogadictos”?