El Congreso Nacional de Ecuador declaró al 5 de enero como el Día Nacional del Periodista. La decisión fue tomada en 1992, con motivo del segundo centenario de la aparición del primer diario ecuatoriano Primicias de la Cultura de Quito, creado por Eugenio de Santa Cruz y Espejo.

Los periodistas tienen una tarea arriesgada en cualquier sociedad porque se encargan de hacer una construcción de la realidad. La crítica ha resultado incómoda para los períodos dictatoriales y también en la lucha por la independencia, en la cual Espejo, tuvo una participación fundamental.

En esa época dominada por la Corona española, el prócer, un adelantado para su tiempo, se atrevió a publicar un diario que fue motivo de persecución y censura, hasta ser clausurado.

Primicias de la Cultura de Quito era apenas una página repleta de denuncias y proclamas libertarias que el poder de entonces calificó de panfleto. Precisamente este término lo han usado algunos gobiernos para desacreditar a la prensa a lo largo de los años.

Una década de retroceso para el periodismo

En el período 2007-2017, la libertad de prensa se vio seriamente lesionada en Ecuador debido a la Ley Orgánica de Comunicación (LOC) y a la Superintendencia de Comunicación (Supercom). Ambas, en lugar de ser instrumentos para defender la profesión, se encargaron de sancionar a periodistas y medios.

Según datos de Fundamedios, de 2008 a 2017 hubo 2.348 ataques a la prensa entre estos 394 agresiones físicas y 384 casos de abuso de poder (retiro de publicidad oficial, abuso de cadenas y réplicas, cancelación de frecuencias, incautaciones).

Los excesos del poder en esos años contra la prensa ecuatoriana fueron más allá. Se contabilizan 345 agresiones verbales, 567 procesos por la Ley de Comunicación y 234 procesos penales, entre otros.

El relator para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Édison Lanza, corroboró estos datos durante su visita a Ecuador en agosto de 2018.

Lanza dijo que entre los años 2007 y 2017 el Gobierno de Ecuador, encabezado por el expresidente Rafael Correa, diseñó e implementó una política sistemática para desacreditar, estigmatizar, constreñir y sancionar a periodistas, medios de comunicación y opositores políticos.

Los ataques se dirigían especialmente a periodistas que investigaban y difundían información que el Gobierno entendía falsa o contraria a sus intereses.

El viraje hacia la libertad de expresión

En 2018 hubo una clara reducción de ataques por la apertura del nuevo gobierno y sobre todo por las reformas a la LOC (aprobadas en diciembre).

La eliminación de la Supercom, así como figuras como linchamiento mediático y los códigos deontológicos son señales de que se viven otros tiempos para el periodismo ecuatoriano. Además, se apuesta por una autorregulación de los medios.

El relator para la Libertad de Expresión y Opinión de las Naciones Unidas, David Kaye, quien visitó Ecuador en octubre de 2018, reconoció la intención del gobierno de Lenín Moreno de garantizar la libertad de expresión y de prensa.

Esto después de haber analizado la visión que tienen el Ejecutivo y la Asamblea Nacional sobre este derecho. Sin embargo, señaló que solo es el inicio de una reforma integral en aspectos civiles y legales.

Kaye señaló que se necesita trabajar para eliminar las barreras que existen en la LOC y el Código Integral Penal (COIP). Pidió que se promuevan las radios comunitarias, que los concursos de frecuencias sean transparentes; y que sea más fácil el acceso a la información pública.

“Es importante que el Gobierno esté pendiente respecto a la legislación que involucre a la libertad de expresión y debe fomentar el pluralismo en los medios de comunicación del país”, resaltó Kaye.

Consideró  adecuado que el Gobierno tenga una herramienta para evitar la concentración de medios, pero aclaró que no es apropiado regular el contenido de los medios de comunicación.

Tal como Espejo luchó porque otra voz fuera escuchada, los medios en Ecuador continúan abriendo debates en la sociedad. En este Día Nacional del Periodismo se recuerdan los derechos que tienen los periodistas en su diario ejercicio de constatar de manera responsable el pulso de la vida pública. (I)