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Ecuador, 24 de Diciembre de 2024
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El Telégrafo
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EL REPORTERO ES, JUNTO A GAY TALESE, EL ÚLTIMO ÍCONO DE ESTA ACTIVIDAD EN NORTEAMÉRICA

Anderson: “Falta periodismo investigativo”

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“Hay demasiados periodistas buenos, que tienen escuela, pero que nunca han agarrado un pico y una pala en su vida ni lo piensan hacer para lograr una historia. Un buen periodista debe ser capaz de andar en todos los niveles. O al menos intentarlo”, le decía el periodista Jon Lee Anderson a su colega colombiana María Paulina Ortiz, del diario bogotano El Tiempo, antes de la entrega del Premio Gabriel García Márquez que otorga cada año la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano, y del que Anderson es miembro del consejo rector.

El estadounidense, quien es escritor de plantilla de la revista The New Yorker desde 1998, relata en la crónica ‘El sueño americano’ (publicada en el libro Sam no es mi tío) que hacia finales de la década del 70, cuando tenía unos 20 años, vivió unos meses en la ciudad de Fresno, en California.

Allí se desempeñó como pump attendant (asistente de gasolinera), ayudante en una ferretería y estibador de canastas de regalo para Semana Santa (Easter en Estados Unidos) cuando ocurrió su primer acercamiento al mundo hispano antes de irse a Sudamérica de aventurero, lo cual “era más o menos su objetivo en ese momento”.

Entonces, hace más de tres décadas, los migrantes hispanos empezaron a ser visibles para este reportero, quien luego se convirtió en un testigo privilegiado de los cambios sociales que los latinos han llevado a cabo en el Primer Mundo.

Después de publicar su biografía del ‘Che’ Guevara, mientras daba una charla ante un buen número de simpatizantes de izquierda –relata Anderson– una mujer mayor le preguntó si era ‘miembro del partido’, suponiendo que un gringo solo pudo haber escrito de forma objetiva sobre el personaje de la Revolución Cubana si era comunista.

Jon Lee Anderson logró ser objetivo porque había seguido lo que define como el principal legado del autor de Crónica de una muerte anunciada: “La ética. Esforzarse por escribir bien. Comunicarse con creatividad. El periodista tiene que leer, tragar cultura, viajar, conocer mundo y, sobre todo, prescindir del bagaje cultural con el que nació”, hábitos que caracterizan al género y que desea continuar con la publicación de un libro sobre el líder cubano Fidel Castro, una suerte de segunda parte para su Che Guevara: una vida revolucionaria que cierre la historia de una utopía que no se zanjó con la desaparición del ‘Che’.

El periodismo en el nuevo mundo

Para Anderson, en América Latina “hay una tendencia hacia el ‘tabloidismo’, producto de la matemática económica de los dueños (de los medios de comunicación). Hace falta una separación de poderes: hay una cercanía demasiado claustrofóbica, de muslos enjabonados, entre los periodistas y las figuras del poder, sea político o económico. También habría que dejar ese ensimismamiento y falta de coraje en cuanto a lo que son capaces de cubrir.

El mundo es suyo, no solo su país y su región. El periodismo de América Latina debería tener más incidencia, dejar más huella. Falta periodismo de investigación, no de denuncia, sino periodistas de investigación con el rigor, por ejemplo, de la escuela norteamericana”.

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