De las palabras a los hechos
Los matices de los verbos declarativos
Entre las diversas clasificaciones y denominaciones que suelen darse a los verbos está la de los ‘declarativos’. Estos también son conocidos como ‘verbos de habla’, ‘del decir’ o verba dicendi. Como es evidente en estos nombres, se trata de verbos que guardan relación con ‘decir’. Por lo tanto, como también lo indica el adjetivo de ‘declarativos’, se refieren a todo lo que es dicho, declarado. Según la Wikilengua, «designan acciones comunicativas o expresan creencia, reflexión o emoción». En los medios de comunicación, y en general cuando nos referimos al discurso ajeno, suelen ser los más utilizados y también, en muchas ocasiones, los que más carga suelen tener, aunque su uso parezca inocente.
Los verbos del decir constituyen una gama muy amplia dentro de nuestra lengua y cómo se los use puede dar luz acerca de la posición que tiene quien refiere lo dicho acerca de lo referido. El verbo ‘decir’ es, en teoría, el que menos carga tiene. Cuando lo usamos solo estamos refiriendo el discurso de otro. Veamos este ejemplo: «El presidente de la ONG dijo que la pobreza en el país es un asunto político». En este caso, solo repetimos lo que ha dicho la ONG. Entre el discurso referido (el de la ONG) y el destinatario (a quien le contamos lo que dijo) no hay, aparentemente, ningún filtro; el discurso se traslada tal cual ha sido enunciado. Quien refiere el discurso no quiere causar otra reacción en el lector que no sea informarse.
Sin embargo, existen otros verbos con una mayor carga. Veamos cómo varía el ejemplo anterior si cambiamos de verbo declarativo: «El presidente de la ONG aseguró que la pobreza del país es un asunto político», «El presidente de la ONG confirmó que la pobreza del país es un asunto político» o «El presidente de la ONG sugirió que la pobreza del país es un asunto político». En estos casos, los verbos declarativos ‘asegurar’, ‘confirmar’ y ‘sugerir’ ya no parecen tan ‘inocentes’ como ‘decir’. Cuando aseguramos algo, negamos la posibilidad de que no sea así, quien asegura se convierte en garante de lo que enuncia: la cuestión, entonces, es así y no puede ser de otro modo. Cuando confirmamos algo, en cambio, hacemos notar al destinatario que hemos comprobado que un rumor ya no lo es o que algo que ‘parecía ser’ es cierto. Somos también garantes de lo que decimos. Por otro lado, al sugerir, quien refiere el discurso resta responsabilidad sobre lo dicho a quien lo enuncia. Sugerir no es lo mismo que confirmar, asegurar o decir, es algo vago que deberá comprobarse.
Entre los verbos declarativos también están lo que expresan creencia o emoción, y al usar estos cuando recurrimos al discurso referido otorgamos un mayor grado de responsabilidad a quien enuncia el discurso. Por ejemplo, si decimos: «El presidente de la ONG piensa que la pobreza del país es un asunto político», otorgamos al enunciador una responsabilidad más fuerte sobre su discurso. Como vemos, tanto ‘decir’ como ‘pensar’ son verbos declarativos, pero ambos pesan distinto en el momento de referir el discurso. Por lo tanto, debemos tener cuidado al usarlos y también ser muy suspicaces cuando los vemos dentro de un discurso referido, pues quien refiere ese discurso, quien hace de ‘puente’, también nos da su opinión y nos quiere convencer de algo.